Mientras vamos en auto a recoger a Viv
de la casa de su papá,
veo algo y
le pido a Anaïs que dé una vuelta.
A veces cuando ves
algo todo el tiempo
se te olvida que está ahí.
Como el Mural de las Ballenas
en el centro de Dallas,
un mural al aire libre
que representa ballenas jorobadas.
Me siento tan pequeña
frente a ellas.
Nadan.
Son inteligentes.
Tienen grandes corazones
y además tienen voz.
Yo he odiado siempre
que me llamaran ballena,
pero en realidad
es un elogio.
Son enormes,
criaturas extraordinarias.
Y son hermosas.