Después que Samuel, David, y Salomón murieron, el pueblo de Dios se dividió en dos reinos: Israel en el norte y Judá en el sur. El rey Acab gobernó Israel. Él hizo muchas cosas que Dios dijo que eran malas. Acab adoró ídolos y su maldad fue mayor que la de cualquiera de los reyes que estuvieron antes de él.
Por esto Dios envió a Elías el profeta a enseñarle una lección a Acab. Elías le dijo a Acab que durante muchos años no llovería. Esto enojó mucho a Acab.
Acab y su esposa Jezabel querían matar a Elías.
No obstante, Dios quería que Elías viviera.
Veamos cómo Dios protegió a Elías.