Otra mujer también le rogó a Eliseo que la ayudara. Su hijo pequeño había muerto. Eliseo fue a su casa.
Eliseo entró a la habitación donde estaba el cuerpo del niño pequeño y oró sobre él. El pequeño estornudó y abrió sus ojos. Él había resucitado y estaba bien.
Este fue otro milagro maravilloso. Sólo Dios puede dar vida a las personas.