Job era un hombre que amaba a Dios. Él tenía una familia grande y era muy rico. Todo lo que él hacía le agradaba a Dios.
Entonces Satanás, el enemigo de Dios y de los hombres, fue a ver a Dios y le dijo: «Tú proteges a Job para que nada le salga mal, por eso él te obedece». «Está bien», le respondió Dios. «Puedes hacerle a Job lo que quieras, menos quitarle la vida».
Satanás es muy real. A Satanás no le gusta Dios ni nosotros tampoco. Sin embargo, Job estaba a punto de darse cuenta de que Dios siempre está con nosotros.