A Job comenzaron a sucederle cosas terribles. Sus hijos murieron. Su casa se cayó. Y se llenó de llagas por todo el cuerpo.
Los ladrones robaron su ganado. Sus amigos le dijeron que se apartara de Dios.
Sin embargo, Job nunca dudó que Dios lo amaba. Job fue fiel a Dios aun en los tiempos difíciles.
Cuando suceden cosas malas, eso no quiere decir que Dios se ha olvidado de nosotros. Él nunca está lejos en los tiempos difíciles. Él quiere que continuemos amándole y obedeciéndole.