De inmediato el Espíritu de Dios llevó a Jesús lejos desde el río hacia el desierto. Jesús quería orar y pensar acerca de lo próximo que Dios quería que Él hiciera. Jesús ayunó, esto quiere decir que no comió, así que estaba muy hambriento. Entonces el diablo, Satanás, se le apareció. Satanás sabía que Jesús estaba cansado y hambriento.
«Convierte estas piedras en pan», le dijo Satanás a Jesús. Jesús sabía que Satanás estaba tratando de que Él hiciera algo malo. Jesús había estudiado la Palabra de Dios y recordaba lo que había aprendido de las Escrituras. Él le dijo: «Una persona no vive solamente por comer pan. Una persona vive por hacer todo lo que el Señor dice».
Satanás no deja de molestar a la gente sólo con un intento. Él no había terminado aún con Jesús.
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