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Jesús amaba a los niñitos y siempre que tuvo la oportunidad, Él los ayudó. Un día un hombre importante le rogó a Jesús que viniera a su casa y sanara a su hijo enfermo. Pero Jesús no fue. En lugar de eso Él le dijo: «Vete a casa, tu hijo vivirá».

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El hombre creyó en Jesús y regresó a su casa, pero antes de llegar allá sus sirvientes lo encontraron y le dijeron: «Tu hijo está bien».

Cuando creemos y confiamos en alguien que va a hacer algo que no podemos ver, eso se llama fe.

El hombre de esta historia confió en que Jesús cumpliría su promesa. ¿En quién tú confías?