Después de aquel día, cuando por primera vez vino el Espíritu Santo, los seguidores de Jesús comenzaron a hacer muchos milagros, les hablaban a las personas acerca del amor de Dios y cómo Jesús había venido a salvarlos. Una tarde Pedro y Juan fueron al templo. Un hombre que no podía caminar estaba sentado allí suplicando por dinero. Pedro lo miró y le dijo: «Yo no tengo dinero pero sí tengo algo más que te puedo dar: Por el poder de Jesucristo de Nazaret, ¡levántate y anda!» El hombre dio un salto. Ahora sus pies y sus tobillos estaban fuertes.
¿Conoces a alguien que está enfermo? Ahora es un buen momento para orar y pedirle a Jesús que lo ayude.