Felipe explicó el pasaje de las Escrituras que el hombre estaba leyendo. Era todo acerca de Jesús. El hombre preguntó: «¿Por qué no me bautizo?» El hombre etíope creyó en Jesús y quiso que lo bautizaran.
Así que detuvieron el carruaje y Felipe lo bautizó. Entonces Dios necesitó a Felipe en otro lugar y ¡zass! Así de sencillo, Felipe se fue.
Cuando hacemos lo que Dios nos pide que hagamos, no sabemos qué pasará después. Solamente necesitamos estar preparados para cualquier cosa.