Dios eligió a Abram para ser el padre de una familia muy importante. En un día futuro, Jesús vendría de esa familia.
Dios le dijo a Abram: «Yo te haré famoso. Tus hijos y nietos serán tantos como las estrellas. Serán tantos como los granos de arena en la playa. Tú no podrás contarlos».
¡Tremendo! Esa es una promesa maravillosa.
¿Cómo crees que se sintió Abram?