«Digan siempre la verdad». —ZACARÍAS 8:16
¿Dices la verdad y tratas de hacer lo correcto siempre? ¿Si te encontraras una billetera la devolverías? ¿Aunque tuviera dinero adentro? A veces parece que decir mentiras y ser deshonesto es más fácil que decir la verdad. Pero Dios quiere que digamos siempre la verdad.
¿Sabías que uno de los presidentes de Estados Unidos fue un hombre tan honesto que lo llamaron «Abe el honesto»? Su nombre verdadero era Abraham Lincoln. Se cree que le pusieron ese apodo siendo aun joven y dependiente en una tienda. Un día se equivocó al darle el cambio a un cliente. Cuando se dio cuenta de su error, caminó una larga distancia para darle el vuelto correcto a aquella persona.
En la historia bíblica de hoy, veremos que decir mentiras trae muy malas consecuencias.
