Muchos años más tarde, Isaac se hizo adulto. Entonces Abraham le dijo a su sirviente: «Ve a la tierra de donde yo vine y busca una esposa para mi hijo».
El sirviente cargó camellos con todo tipo de regalos preciosos. Después de llegar a la tierra lejana, no estaba seguro de cómo encontrar una esposa para Isaac. En un lugar donde las jóvenes venían a cargar agua, él oró: «Permite que la joven apropiada me dé agua».
¿Cuántas jarras de agua crees que podían beber esos camellos?