«Cualquiera que crea en él [Jesús], alcanzará el perdón de los pecados . . . .» —HECHOS 10:43
¿Alguna vez hiciste o dijiste algo que sabías que estaba mal? Jaime lo hizo.
Sus padres le habían prohibido lanzar su pelota de fútbol por la casa, pero de todas formas lo hizo. La pelota dio contra la pared y . . . ¡catapún! La mamá de Jaime entró corriendo a la habitación.
«Mamá, rompí tu lámpara. Lo siento. ¿Me perdonas?», preguntó Jaime.
«Sí», le respondió ella. «Pero haber desobedecido las reglas tiene consecuencias. Voy a guardar la pelota y no te la daré hasta que pasen dos días». Jaime ayudó a limpiarlo todo. Y cuando su mamá acabó, le dio un fuerte abrazo.
Esta es una noticia muy buena. No importa cuán malos hayamos sido nosotros, Dios nos perdona si se lo pedimos.