Jacob le dio a Esaú un tazón grande de caldo y él se lo comió. Esaú ni siquiera sabía que había sido engañado.
Tiempo después Esaú comprendió lo que le costó aquel tazón de caldo. Isaac, el padre de ellos, entregó todo lo que él tenía a Jacob lo cual debió haber sido para Esaú. Este había sido un tonto.
Esaú pensó que quería tener algo en el momento.
¿Por qué es tonto no pensar en las consecuencias?