José no estaba solo. Dios lo estaba protegiendo. Pronto un hombre rico llamado Potifar lo compró para que fuera su esclavo. José trabajó e hizo muy bien todo lo que Potifar le pidió que hiciera.
Por esto Potifar puso a José a cargo de toda su casa y todos tenían que obedecerle.
Aun cuando parece que las cosas van mal, Dios está protegiendo a sus hijos. Ahora mismo Él te está protegiendo.