María todavía estaba mirando. Aunque estaba asustada, salió y preguntó: «¿Necesita a alguien que cuide del bebé?» La princesa sonrió. «Pues, sí», contestó.
María corrió a casa y buscó a su madre, a la madre verdadera de Moisés, para que lo cuidara. Dios salvó al bebé Moisés y lo devolvió a su mamá por mucho tiempo.
Muchas cosas emocionantes iban a pasarle a Moisés cuando creciera. Sigamos leyendo.