Dios le dijo a Moisés: «Ve a encontrarte con el rey en el río. Dile que deje ir a mi pueblo o convertiré el río en sangre». Por supuesto, el rey dijo que no. Así que Aarón golpeó el agua con su vara y el río se convirtió en sangre.
El río olía horrible y no había agua para que las personas tomaran.
Algunas veces las personas no quieren escuchar a Dios. ¿Qué más crees que le ocurrirá a ese rey terco?