Cuando le pedí al bachatero romántico, Joe Veras, que me definiera el amargue, me explicó que “toda canción tiene un amargue”,1 o sea, un toque de sentimiento. Veras diferenció entre el “amargue de ayer y el amargue de hoy” y describió aquel como más “cortavenas”.2 Según Veras, quien ha sido uno de los primeros bachateros que escribió, sacó y presentó una bachata más romántica, el amargue aún está presente en su bachata—“pero es más poético”.3
Así como Joe Veras, varios bachateros llegaron a la escena musical en los 90, un momento en que el género hacía avances importantes en el gusto de las clases media y alta. En su mayoría, estos músicos representaban las mismas características que sus predecesores: venían del campo o la clase baja, eran mayormente autodidactas, y frecuentemente tenían poco acceso a los estudios formales. La bachata que producían, sin embargo, era en su mayoría romántica, y se enfocaba en las diferentes facetas del amor y del desamor. Tal como observa David C. Wayne, es evidente la influencia de la balada en este estilo de bachata romántica, considerando en especial el que unos bachateros incluyeran baladas en sus discos.4 El contenido y las imágenes continuaban evolucionando, y es posible encontrar a narradores masculinos que le desean lo mejor a su ex, admiten su miedo de enamorarse, se jactan de superar la pena con un nuevo amor, o admiten que cometieron un error. La profundidad lírica, una textura musical más suave, y una forma de cantar más templada de estos bachateros que estrenaron en los 90 y el nuevo milenio, ayudaron a erosionar los prejuicios en contra de la bachata e incrementar su difusión en las principales emisoras.
Joe Veras fue uno de los primeros que se dio la vuelta hacia el romanticismo cuando publicó su primer álbum, Con amor, en 1993. De niño, Veras escuchaba ambos, merengue y bachata, y sigue tocando y grabando los dos; no obstante, describe la bachata como el género que siempre ha ocupado el enfoque central de su vida.5 Sus letras, muchas de las cuales escribe él mismo, se alinean con el romanticismo de bachateros como Luis Segura, aunque tiene una voz más suave y menos afligida. Los temas estándar de la bachata, el despecho y el desamor, también están presentes en las bachatas de Con amor, pero las letras y el estilo interpretativo de Veras los tratan con más nostalgia romántica que sollozos. El tema “Te necesito”, por ejemplo, recuerda la música doo-wop de los 50, y su letra incluye el recurso repetitivo y rítmico, dua. En esta canción, la voz masculina alimenta sus recuerdos del lugar del primer beso compartido con su amor, aunque ya no sabe dónde está. De la misma manera, la voz de “Sonámbulo” no puede dormir porque no deja de recordar a la mujer que amaba, por mucho que quisiera olvidarla. En lugar de ahogar sus penas, promete seguir buscándola hasta encontrarla.
A través de los años, las bachatas de Veras siguen representando las muchas facetas del amor. El tema filosófico, “En el amor”, contempla ambos, los sentimientos de enamorarse y desenamorarse. Esta bachata le recuerda a su público que todos hemos tenido nuestra propia historia de amor y podemos relacionarnos con el tema. “Chiquilla Chiquita” presenta a un narrador enamorado que siente el calor de las llamas del amor y anhela ver a su amada. “Por tu amor” trata del amor no correspondido, y el narrador sostiene que hará lo que sea—desde los quehaceres domésticos hasta darle unas vacaciones extravagantes—por su amor. El hablante de “Pido auxilio” también sufre del amor no correspondido y pide socorro porque muere.
Los murmullos de los demás también pueden influir en el amor. En “El hombre de tu vida”, el narrador le pide a su enamorada que no escuche las mentiras de otros sobre su supuesta actitud de Don Juan y sus juergas. Le recuerda que es el hombre con que ella siempre ha soñado. En contraste, la voz narrativa de “El cuchicheo” reconoce que ha escuchado como quien oye llover los rumores de la infidelidad de la mujer que ama. De hecho, sostiene que lo que más le duele no es su infidelidad sino las murmuraciones—el cuchicheo—de los demás. El hablante de “Cartas del verano” deduce de las insinuaciones de los demás que la mujer que ama ya no lo quiere. Ahora que sabe la verdad, se encuentra solo en su pueblo, todavía enamorado de ella.
Varias de las bachatas de Veras contrastan la belleza interior y exterior. En “Tu belleza interior”, el narrador enfatiza que se enamoró de la belleza interior de la mujer que ama. En contraste, la voz masculina de “Cirugía en el alma” critica la obsesión de la mujer con su apariencia física. Mantiene que le hace falta una cirugía en el alma para que cambie de opinión y para ganarse de nuevo su amor. Su tema clásico y encantador, “El molde”, une la belleza interior y la exterior por medio de la noción de romper el molde con el que la hicieron. Este narrador enumera las características fisicas y la calidad angelical y divina de su amada e insiste que su creador rompió el molde que usó para formarla para que no hubiera ninguna imitación.
Las bachatas de Veras también contemplan la otra cara de la moneda, o sea, el desamor y la pena. El narrador de “Inténtalo tú” se encuentra incapaz de olvidar a su amada, y está convencido de que ella tampoco logrará olvidarlo. En “Duele”, la voz narrativa se queja del trato que le hizo su amada y observa que a muchos animales los tratan mejor. Enfatiza lo mucho que sufre y le advierte que ella sabrá cómo se siente algún día. En contraste, el narrador de “Sobreviviré” está confiado de que va a olvidar a su antiguo amor. Enumera todo lo que él y otros ya han superado—incluyendo que su papá sobrevivió el Trujillato—y jura olvidarla, aun si eso significa que tiene que aprender a amar otra vez. El tema “Te solté” retrata la alegría casi eufórica del narrador al encontrarse libre de la mujer que lo hacía sufrir. Ahora, ya no la quiere y piensa vivir por él mismo.
El lugar de Joe Veras entre los grandes de la bachata es incuestionable y, empleando el vocablo comúnmente pronunciado en sus canciones para describir su bachata, “inconfundible”. Su álbum Carta de verano figura entre los 100 álbumes publicados desde 19506 y reconocidos por la Asociación de Cronistas de Arte como esenciales. El periodista Máximo Jiménez, ex-presidente de ACROARTE y quien encabezó la comisión evaluadora de dicho listado, observa que, “Joe Veras no podía quedarse fuera de esta lista y Carta de verano es, sin duda, el disco que mejor define su estilo: canciones románticas, arreglos muy bien logrados y un cancionero que logró dimensionar su carrera dentro y fuera de RD. Con este álbum, Veras hace sus aportes para que los bachateros de su generación lo tomaran en cuenta como referencia importante dentro del género”.7 Sus letras románticas y su estilo refinado también inspiraron a nuevas generaciones de bachateros.8 Las bachatas de Veras siguen entre las más sonadas en la radio9 y están incluidas en los álbumes de compilación de las mejores bachatas del año.
Frank Reyes, “el Príncipe de la Bachata”, es uno de los bachateros más exitosos entre los que optaron por el romanticismo y una gama más amplia de temas a principios de los 90. Tal como hicieron muchos otros bachateros, Reyes dejó su vida en el campo por la de Santo Domingo a los doce años, donde trabajaba en lugares diferentes antes de poner su propio colmado, en el que eventualmente conoció al productor Juan Genao, quien le grabó su primer álbum, Tú serás mi reina, en 1991.10 Las canciones de Reyes en este y sus álbumes posteriores subieron rápidamente los peldaños de la popularidad. Se posicionó de manera definitiva en el mundo de la bachata con Cuando se quiere se puede en el 2004, álbum que le cosechó cuatro Premios Casandra en el 2005.11 Reyes todavía es uno de los bachateros más populares12 y “que más temas ha pegado”.13
Las bachatas de Reyes abarcan toda una gama de sentimientos y temas. “Se fue mi amor bonito”, uno de sus primeros éxitos, revela una visión menos dramática del amor y del amor perdido. El narrador de este tema relata la historia de un amor no correspondido y del abandono. Es evidente su tristeza ante la partida de su amada, pero el tono y la selección de palabras en general son menos cortavenas. Esta voz narrativa no le guarda rencor y le desea lo mejor, pues dejarla ir se convierte en su propia manera de amarla. Este mismo tema de un amor no correspondido se va desde un nivel personal hasta otro global en “A quien tú quieres no te quiere”. Aunque el narrador comparte su propia historia de amor y abandono, contempla su sufrimiento dentro del misterio universal de por qué queremos a los que no nos quieren. “Princesa” retrata la historia tierna de un amor colegial que ya se maduró. Ya un hombre hecho y derecho, el narrador se encuentra asombrado por su belleza y le pide que sea su reina.
El desamor y las relaciones conflictivas aún son temas populares en la bachata de Reyes, aunque las intrigas son más complejas que las de las primeras bachatas. “Cuando se quiere se puede” combina un dicho aparentemente motivador con la incapacidad del hablante de olvidar a la mujer que ama. “Tú eres ajena” trata una doble traición por parte de la mujer. Este narrador se entera demasiado tarde de que se enamoró de una mujer que ya está con otro. Aunque la ama y se siente engañado, observa sabiamente que ella podría engañarlo a él también y renuncia a la relación. “El alcohol” retrata el alcoholismo del narrador como el culpable de destruir la relación. Le suplica a la mujer que lo perdone por las cosas duras que le dijo, e insiste en que hablaba el alcohol. La bachata romántica de Reyes también revela que a veces es mejor terminar una relación. En “Nada de nada”, la voz narrativa explica como sufría cuando lo dejó su amor. Ahora, ya no la quiere, y ella decidió demasiado tarde que se equivocó. Su éxito, “24 horas”, también retrata a un hombre que está listo para ponerle fin a una relación corrosiva. Este narrador le dice a su antigua amada que siga su propio camino, y le da a su propio corazón el plazo de veinticuatro horas para olvidarla.
La música de Reyes también aborda las realidades de la comunidad transnacional dominicana. El tema “Extraño mi pueblo” enfatiza la soledad de estar separado de la patria y la familia por querer crear una mejor vida para los niños. Las promesas de volver un día, cantadas con vibrato, resonaban con muchos migrantes dominicanos y de otros países que han vivido en carne propia esta misma situación; de hecho, la universalidad de este tema le sirvió de inspiración a Reyes.14 Aunque su canción, “Amor a distancia”, no menciona específicamente la diáspora, su situación básica—olvidar a una persona amada que uno dejó atrás—es común para algunos migrantes. El propietario de Alex Music en Santiago, Alex Sanche, señala la pertinencia del tema del amor a larga distancia, además de la interpretación agridulce de Reyes, como los ingredientes que hicieron que “Amor a distancia” fuera una de las bachatas más pegadas de 2012–2013. Mientras escuchábamos esta canción en su tienda, observó él, “Esta canción es muy buena. Tiene melodía, tiene letra. Es una bachata de alguien que vivió afuera, esa es la distancia … y terminaron”.15
Además de un contenido más variado, Reyes también ha experimentado con el sonido de la bachata. A principios del nuevo milenio, emprendió un proyecto ambicioso: la bachata de orquesta. Su “Bachata de Gala”, concierto del 2002 en el Hotel Jaragua de Santo Domingo, fue todo un éxito de taquilla. Este evento histórico en que una orquesta completa tocó bachata es indicativo de la creciente aceptación de la bachata y su popularidad entre un blanco de público más amplio. Las bachatas de Frank Reyes siguen encabezando las listas de las canciones más sonadas,16 y Cruz Hierro lo señala como uno de las diez figuras influyentes de los primeros 50 años de la bachata.17
Yóskar Sarante nació en 1970 y creció en Villas Agrícolas, un barrio capitaleño. Trabajaba de limpiabotas cuando era niño, y como joven, en la construcción.18 Cantó en varias agrupaciones de merengue antes de emprender su carrera como solista de bachata en 1994.19 Durante varios años, seguía trabajando en la construcción para ganarse la vida antes de que pegara su tema, “La noche”, en el 1999.20 Su voz y su interpretación emotivas contribuyeron a su éxito continuo, no solamente en República Dominicana, sino también en Europa, los Estados Unidos y mundialmente.
La bachata de Sarante trata una variedad de temas románticos que canta en un vibrato claro y trémulo. Su susodicho éxito, “La noche”, gira en torno a una serie de antítesis que contrastan la noche, cuando el narrador recuerda a su amada y sueña con sus momentos felices, con el día, cuando todo está claro y recuerda su ira a su partida. La articulación de “la noche” además del acompañamiento de guitarra le prestan un tono misterioso a la canción, así enfatizando el contraste entre lo que cree el narrador en la oscuridad y la dura realidad a la luz del día. “No tengo suerte en el amor” presenta una introspección pensativa que pinta el amor como una fuerza incontrolable y contrasta lo bonito del amor con el dolor que le puede traer. Aunque este narrador sufre del amor no correspondido, espera encontrar el verdadero amor algún día. La voz narrativa de “He tenido que llorar” también reconoce que el amor va de la mano del dolor. Acepta que tiene que llorar, pues aún ama y extraña a su amada, y no puede olvidarla. “Llora alma mía” trata de una conversación entre el narrador y su alma. Sufre y llora por la soledad y su incapacidad de cambiar las cosas, y le ruega a su alma que lo libre de su adiós venenoso. “Guitarra” se trata de un apóstrofe a la guitarra en que el narrador le pide que hable por él para convencer a su amada de que vuelva. Esta letra reitera el vínculo entre el cantante, el sentimiento y el instrumento, vínculo que se articula con frecuencia cuando un cantante le pide a la guitarra que llore por él.
Yóskar Sarante se considera esencialmente un romántico, y relaciona el contenido de sus temas con el predecesor de la bachata, el bolero. Según él, siempre habrá un espacio para las canciones de amor, mientras exista el amor.21 Sigue pegando bachatas con su fórmula romántica, tanto en su país como en el exterior.
Luis Miguel del Amargue entró en el ámbito bachatero con su primer álbum en 1994. Es irónico que haya gozado de un primer éxito en Europa, y especialmente en España, antes de pegar en su patria y en los Estados Unidos.22 Su romanticismo envuelve los temas bachateros tradicionales en imágenes más tiernas. Por ejemplo, la soledad está personificada en “Se acabó lo bonito” y se burla de la voz que lamenta el pasar de todo lo bonito de su amor. En contraste con las primeras bachatas, este narrador no le echa la culpa a nadie por esta creciente indiferencia. “Abrázame amor” retrata a una mujer que piensa irse para seguir sus propios sueños y a un narrador que no piensa detenerla. De todos modos, este le suplica que lo abrace y que le haga el amor una última vez. El hablante de “De rodillas” enfatiza su verdadero arrepentimiento por engañar a su amor y le suplica de rodillas que lo perdone. De la misma manera, el narrador de “Teléfono ocupado” admite que cometió un error. Insiste que no es más que un teléfono ocupado sin su amor. “Sal de mi vida” presenta un paradigma opuesto: este narrador reprende a su amada por trastocar su vida, primero con su amor, y luego con su engaño.
Luis Miguel del Amargue sigue cosechando éxitos internacionales por su voz dulce, sus letras románticas y su interpretación. Su trayectoria es indicio de los crecientes y distintos mercados que disfrutan la bachata por todo el mundo. Luis Miguel ha protagonizado conciertos y festivales europeos, tales como el Festival Latinoamericano en Milán y El Gran Bachatazo en Madrid, los dos en el 2008.23 Lo reconocieron por su desempeño en el género en el Dominican Heritage Festival (el Festival de la Herencia Dominicana, Nuevo Jersey) en el 2012.24 Además, fue nombrado el Bachatero del Año en su patria.25
Zacarías Ferreira, otra nueva estrella de los 90, continuó con estas tendencias románticas, y extendió el alcance del romanticismo por la profundidad de sus letras y arreglos.26 Creció en el campo del Cibao, pero en contraste con la gran mayoría de los bachateros que le precedieron, Ferreira sí estudió música formalmente en el Conservatorio Nacional de Santo Domingo antes de unirse a la orquesta de la empresa Brugal.27 Su apodo, “la Voz de la Ternura”, es una descripción acertada de su estilo de interpretación. Ferreira publicó su primer disco como solista, Me liberé, en 1997, y fue galardonado con un Premio Casandra.28 Su disco de 2000, El triste, afirmó su lugar entre los bachateros románticos del nuevo milenio, lugar que ha mantenido con sus éxitos posteriores.
Aunque las bachatas de Ferreira siguen tratando los distintos aspectos del amor y del desamor, con frecuencia se encuentra que la voz narrativa masculina se siente indecisa con respecto al amor, y/o que le desea a un antiguo amor lo mejor después de que terminan. Por ejemplo, el narrador de “No hay mal que por bien no venga” contrasta su amor puro con la falta de sinceridad por parte de la mujer. Aunque ella no sabía valorar sus sentimientos, todavía le desea lo mejor y espera que sea feliz. “La avispa” también retrata a un narrador comprensivo que le desea bien a una mujer cruel. El narrador de “Es tan difícil” reitera que no puede olvidar a su antiguo amor. Son inútiles sus esfuerzos por olvidarla, pero admite que no está seguro de quién tiene la culpa por su amor fracasado. “Quédate conmigo” presenta una separación inminente. No obstante, aún queda un rayito de esperanza, pues la voz narrativa le suplica a su amada que le diga que no piensa irse, o que va a volver—aun si, a fin de cuentas, no es verdad.
Las relaciones amorosas son multifacéticas en la bachata de Ferreira. El narrador de “Me ilusioné” describe el flechazo que se le dio y el amor que siente. Le ruega a la mujer que ama que le dé una oportunidad que le alivie el sufrimiento que padece y que lo mata poco a poco. En “Me sobran las palabras”, la voz narrativa celebra el amor que siente crecer dentro de él. La letra directa y sin adornos de este tema extiende un paralelo con su título, y la interpretación romántica de Ferreira hace hincapié en que efectivamente, no es necesario un exceso de palabras para expresar el amor. El amor no correspondido es la base de “Dime que faltó”. El narrador no le culpa a su antiguo amor el haberlo dejado, sino que reconoce que ella tiene el derecho de ser libre y hacer lo que quiera. Así, su pregunta sirve de un adiós. Esta bachata romántica contrasta con los temas anteriores que les recriminaban a las mujeres y que las presentaban como propiedad del hombre.
En otras canciones, el narrador toma una decisión deliberada de rechazar el amor. “Como amigo sí, pero como amor no” presenta a un narrador que insiste que está mejor como el amigo de una mujer. Cree que va a conocer el amor un día, pero a la vez, admite que tiene miedo de enarmonarse en este momento. De la misma manera, “Un buen amigo que un mal amor” contempla la pregunta: ¿cuál es mejor, una buena amistad, o una relación romántica que termina mal? El narrador se refiere a los sabios consejos de otros que ya han sufrido por tal error, y opta por la libertad de la amistad en lugar de estar encarcelado en una mala relación.
La popularidad de Ferreira no se ha disminuido desde que sacó su primera canción. Su álbum, Dime que faltó (2007), estableció su papel de bachatero romántico y su sonido individual. Este álbum figura entre los 100 discos esenciales identificados por ACROARTE, ya que no solamente pegó entre los aficionados de Ferreira, sino que la crítica lo acogió también.29 Su variedad lírica y su interpretación romántica siguen atrayendo a públicos por todo el mundo, tanto en persona como en la radio.
Linar Espinal, El Chaval de la Bachata, es producto del barrio santiaguense, Pekín. Su interés por la bachata se desarrolló al escuchar a Blas Durán. El Chaval publicó su primer álbum como solista en 1997, después de haber grabado dos álbumes con otras agrupaciones. Desde ese entonces, interpreta bachatas que tratan una gran variedad de temas en su voz única y un poco ronca.
La bachata de El Chaval trata de todo un espectro de temas románticos. Su versión bachatera de “No molestar” (2011) presenta la súplica del narrador para que su amada se aleje con él a un lugar en donde nadie los interrumpa. Varios temas del cantante son observaciones de la naturaleza humana y las relaciones. En “¿Dónde están esos amigos?”, el narrador explica cómo lo abandonaron sus supuestos amigos y las mujeres que amaba cuando se desintegró su estabilidad financiera. La voz narrativa de “Por el maldito dinero” también lamenta los males del dinero. Este le echa la culpa de haber perdido a su amada a su falta de dinero. En “El golpe avisa”, el narrador le advierte a su público que preste atención para evitar una catástrofe en la vida y en el amor, aunque es posible que tenga que aprenderlo a base de cometer errores. “Maldita residencia” refleja los sentimientos de un hombre que se queda en su país mientras su esposa emigra a Nueva York con sus hijos. Además de la separación familiar, esta canción pinta las otras realidades de muchos migrantes: ella puede migrar porque la patrocina un familiar, o sea, su mamá, y él no puede seguir la por no tener una visa. Se queda aún más insatisfecho por las posibilidades disponibles de comunicarse con su familia—una que otra llamada de teléfono o alguna interacción por el Facebook—y le suplica que no lo olvide allá en Nueva York. Esta canción fue inspirada por lo que vivía un amigo del músico, y pegó durante su primer mes de difusión en las emisoras, convirtiéndose en un himno para muchos.30
El Chaval es popular tanto en el país como en el exterior por la variedad lírica y su sonido individual. Ha realizado muchas giras por Europa, no solo por España, sino también por países no hispanohablantes, tales como Francia, Italia, Alemania y Holanda.31 Los temas que retrata son pertinentes a públicos mundiales que pueden relacionarse con las situaciones representadas en ellos. Su tema “¿Dónde están esos amigos?” le ganó un Casandra como la Bachata del Año y un Premio ASCAP (Sociedad Americana de Compositores, Autores y Productores) en el 2009.
La bachata se disparó en las emisoras en Estados Unidos en 1998 con Elsido “Elvis” Martínez, “el Camarón / el Jefe”. Oriundo de San Francisco de Macorís, Martínez creció en el seno de una familia musical y participaba en agrupaciones locales antes de formar la suya. En 1998, su canción “Así fue” fue la primera bachata programada en las emisoras radiales de la corriente dominante de música tropical en Estados Unidos.32 Martínez describe la pegada tan amplia del tema como “un escándalo internacional”, y el guitarrista Lenny Santos quien tocaba en la canción, señala su pegada como el momento decisivo de la bachata en su entrada en la programación radial dominante.33 “Así fue” entreteje los dos temas del amor y del amor perdido. En esta canción, la voz masculina le explica a su antiguo amor que ya la olvidó y encontró un nuevo amor. Tanto el contenido del tema como la interpretación tierna de Martínez hicieron que la canción le fuera accesible a un público diverso, y abrió el camino para otros.
Las bachatas de Martínez retratan una selección diversa de temas. El amor romántico sigue como tema común, pero desde múltiples puntos de vista. Por ejemplo, la voz narrativa de “Yo te voy a amar” declara sus sentimientos y promesas de amor eterno con imágenes clásicas: para él, la mujer es su aliento, alma, presente y futuro. En contraste, el narrador de “Así te amo” se enfrenta a los estereotipos asociados con su vestimenta urbana (pantalones jeans y aretes), mal vista por los padres de su amada. Enfatiza las diferencias entre el mundo exterior y el interior en donde residen sus sentimientos, los cuales son más poderosos que la apariencia. En otros temas, la voz narrativa declara su amor y prueba el terreno de una nueva relación. El narrador de “La luz de mis ojos” subraya sus sentimientos y le pide a su amada que le revele los suyos. De igual manera, la voz de “Dime” expresa su amor sin rodeos e insiste en que la mujer le diga por qué esconde su amor por él. Dos bachatas de Martínez representan una iniciación en el arte de amar. Su éxito del 2001, “Maestra”, retrata a un joven que le suplica a una mujer mayor que le enseñe el arte de amar. “Profesor” hace una referencia intertextual y juguetona al contenido de la otra canción, y ahora, el joven es perito—un profesor—en el amor, y le ofrece a una jovencita enseñarle todo lo que sabe.
Las bachatas de Martínez dibujan el desamor tanto tradicional como innovadoramente. En “Tú sabes bien”, la voz narrativa insiste que no podrá seguir si su amada lo deja. Emplea imágenes tradicionales de lágrimas, una sensación de vacío, y soledad para hacer hincapié en su desesperación. En contraste, el enojo es el sentimiento predominante de “Amada mía”, pues el narrador maldice a una mujer infiel por engañarlo con su mejor amigo, y también se culpa por su propia ceguera ante sus acciones. “Ambición” pinta a una mujer ambiciosa que prefirió lo material al amor sincero. “Yo no nací para amar” intensifica los temas de la indiferencia y la soledad. El narrador de esta canción describe como veía a todos sus amigos enamorarse sin poder encontrar el amor él mismo.
Dos de las bachatas de Martínez contemplan los temas de estar lejos de un ser querido durante las Navidades y la soledad resultante. “Esta Navidad” y “Triste Navidad” subrayan la distancia, la separación y la soledad. Aunque no se dice específicamente que una parte vive en el extranjero, por este énfasis en la separación, además de la tendencia de muchos migrantes dominicanos de volver al país para las Navidades, la migración es un marco verosímil para estas canciones.
El tema “Juancito Nadie” presenta a un personaje único, o sea, el palomo. Este niño marginado narra un día común en su vida, el cual incluye vender flores en la calle y husmear de vez en cuando el cemento para escaparse de su dura realidad. Los videojuegos y los superhéroes no figuran en la realidad de este niño, pero perder una comida y los golpes del novio de su mamá, sí. La figura de Juancito Nadie, un niño de ocho años con las vivencias de alguien de ochenta, recuerda a los oyentes que su realidad será la realidad futura del país. A fin de cuentas, este niño del barrio popular no puede ignorarse, igual que la bachata.
Además de la variedad temática de su bachata, Martínez varía su presentación según su público:
Yo no puedo hacer música para tan solo un público. La bachata que disfruta la República Dominicana es una bachata calurosa, una bachata bailable…. En otros mercados, les gustan las bachatas románticas, suavecitas, calladitas…. En Europa, ya hay que hacer música con un poquito de tecno…. Hay que cantar y hacer arreglos para diferentes mercados.34
Martínez también reitera la importancia de la evolución del género. Martínez se interesó originalmente en la bachata por lo que oía durante los 90, y señala los cincuenta años de su historia para encontrar sus influencias en él y también el futuro del género:
Esas personas como Calderón, Luis Segura, como Paniagua, todos esos exponentes … Antony Santos, Luis Vargas, Raulín, entre otros … ellos hicieron también un trabajo extraordinario. Pero si se quedan allí, yo estoy cien por ciento seguro que la bachata no sigue creciendo…. Tiene que haber relevos para que sigan los géneros creciendo. Si no existen los relevos, puedo asegurarte que el género se va a estancar en este lugar en donde está.35
Martínez ha experimentado con una instrumentación variada y con mezclar otros géneros, tales como el techno, el hip-hop y el cha-cha-cha, por este proceso natural de cambio. El sonido, el contenido y el estilo interpretativo tierno de Martínez se juntan para contribuirle a su pegada internacional.
El romanticismo de principios del nuevo milenio encontró una voz popular en el dúo mezclado de Monchy y Alexandra; estos figuraban de manera importante en la aceptación de la bachata más allá de la República Dominicana. Monchy (Ramón Rijo) y Alexandra Cabrera estrenaron con su éxito de 1999, “Hoja en blanco”, una versión en bachata de un vallenato colombiano popular que narra el cuento de dos amantes cuyas vidas van por rumbos distintos. Este y sus temas subsiguientes fueron éxitos internacionales y ayudaron a llevar la bachata mucho más allá de las fronteras dominicanas.37 Aunque algunos criticaban su música, diciendo que se parecía más a la balada que a la bachata, los temas centrales de esta siguieron la tradición del amargue, pero presentados desde el punto de vista de una voz masculina y otra femenina en diálogo. Así, las situaciones se retratan como las dos caras de la misma moneda. Por ejemplo, los narradores de “Dos locos” declaran que tienen que estar locos por estar con otros cuando aún se aman. En contraste con este argumento, la pareja de “Te quiero igual que ayer” admite que todavía se aman tanto como antes, y encuentran el perdón y la armonía al cantar juntos. De la misma manera, la pareja de “No es una novela” jura defender su amor de los de pensamientos negativos que tratan de escribir su historia de amor por ellos. El amor prohibido también es tema en las canciones del dúo, tal como es el caso de la pareja de “Perdidos”, pues tienen que verse a escondidas y perderse en su propio mundo de amor.
Las bachatas románticas de Monchy y Alexandra rápidamente lograron una pegada internacional, y otros siguieron su ejemplo. Su álbum del 2002, Confesiones, se convirtió en un punto de referencia “de la mejor bachata que se produjo en la década de los 2000”.38 El dúo se disolvió en el 2009; no obstante, impactaron la producción y la acogida de la bachata de manera importante con sus letras románticas, sus canciones a dúo, y sus fusiones de otros sonidos y ritmos con la bachata.
Héctor Acosta “El Torito”39 empezó su carrera cantando merengue con la agrupación popular Los Toros Band en 1990. Fue su cantante principal por 15 años antes de emprender su carrera como solista de merengue y bachata. Las bachatas de Acosta siguen la tradición temática de amor y del amor perdido, temas retratados con imágenes refinadas. Por ejemplo, el narrador de “Tu primera vez” describe el acto sexual con la imagen eufemística de un barco que ancla en el cuerpo femenino. Sus relaciones no son un acto de pasión desenfrenado sino una decisión consciente y basada en el amor verdadero. “Primavera azul” presenta a un narrador que sufre del amor no correspondido; no obstante, su dolor es atenuado por las imágenes del amor como una luz que le guía y una primavera idílica que le promete a la mujer que ama. Las imágenes naturales hacen que el sufrimiento sea menos inaguantable en “Perdóname la vida”. La unidad de la naturaleza recuerda al narrador su propia soledad, pues ve el abrazo que comparten la orilla del mar y el beso que le dan los pájaros al cielo después de escampar. El pasar del día no le trae ningún alivio, y le suplica a su amada que le perdone la vida.
La culpa y pedir perdón son temas comunes en las bachatas de Acosta. En “Sin perdón”, el narrador admite sus errores y busca perdón. Su amada le sermonea acerca del amor y del perdón, y aunque lo perdona, ya no se confía en él. La voz narrativa de “Me duele la cabeza” también reconoce que se equivocó al mentirle, engañar y dejar a su amada. Ahora, sufre los dolores físicos de su malestar sentimental. En “No soy un hombre malo”, el narrador reconoce su infidelidad, pero mantiene que no merece la indiferencia de su amada y que ella será responsable por su muerte si lo deja.
Aunque varios merengueros han grabado bachata, pocos tuvieron el éxito que ha tenido Acosta en aceptarse como bachatero. Aunque este sigue grabando ambos, merengue y bachata como solista, más de un dominicano me informó, “ya es bachatero”. De hecho, el bachatero Henry Santos señaló a Acosta como un ejemplo de un bachatero nato: “Héctor Acosta, El Torito—nació bachatero. Hacía merengue, pero cuando lo oí, me dije, este tipo parece bachatero…. Su voz, su sentimiento, su forma de cantar … suena como un bachatero…. Entonces empezó a hacer bachata, y ya ves hasta dónde lo llevó”.40 Acosta fue reconocido con el Gran Soberano en el 2013, el galardón máximo de los Premios Soberano.
La bachata romántica de los 90 y del nuevo milenio sigue retratando las diferentes perspectivas del amor y del desamor, aunque ahora con una letra más suave y desde múltiples puntos de vista. Los bachateros ampliaron su contenido y contemplan las relaciones humanas en general, los temas sociales, y lo que significa ser parte de una comunidad transnacional. Los arreglos más complejos y las fusiones musicales acompañaron este acercamiento sentimental. Un contenido amplio y una interpretación más suave se prestaron a la creciente popularidad de la bachata y así, ayudaron a socavar su discriminación. El alcance de la bachata había llegado tan lejos para el 2003 que la Orquesta Sinfónica Nacional la tocó en una presentación especial, Bachata sinfónica, bajo la dirección de William Liviano. El trabajo de estos bachateros románticos sirvió como punto de partida para una nueva generación de bachateros en la comunidad transnacional dominicana en el exterior.