EL FINAL DE UN VIAJE,
EL COMIENZO DE OTRO
Las vicisitudes del Batallón de San Patricio me bullen en la cabeza desde hace mucho tiempo, pero hace sólo unos diez años que comencé a recoger asiduamente materiales con la idea de desarrollarlos en una novela. Cada vez que regresaba a Ciudad de México seguía documentándome y cada vez afloraban nuevos detalles, pero cuando volvía a Italia encontraba otras cosas que hacer. Entretanto, he escrito varios libros y he traducido decenas. No me decidía a empezar la que, en mi cabeza, ya había asumido las dimensiones de una historia casi completa. Necesitaba la clásica chispa…
Debo admitir que el grupo musical The Chieftains y Ry Cooder han contribuido, como mínimo, a darme un empujón.
Su álbum dedicado a los sanpatricios salió en 2010, y confieso haber sentido una mezcla de placer y desconcierto. Por un lado, tenía una buena razón para ponerme a escribir; por otro, sentía que el argumento estaba desplegando las velas por su cuenta y que me arriesgaba a llegar tarde respecto a quién sabe cuántos otros que se podían estar interesando en el tema e inspirándose en aquel momento. Pero la prisa, ya se sabe, es mala consejera, así que he esperado a que llegase el momento justo, ese en el cual el libro que llevas dentro de ti nace solo, cansado de esperar las vacilaciones del autor.
De los reel irlandeses de Paddy Moloney a las baladas de Ry Cooder, como The sands of Mexico —en la que una estrofa dice: «La historia me absolverá, aquí en las tierras de México»—, el recopilatorio contiene también la voz inestimable de Lila Downs, una de mis pasiones musicales y orgullosa voz de la mexicanidad tanto en su patria como en tierra extranjera.
Ahora puedo escuchar de nuevo este disco sin la urgencia de ponerme a escribir, y las emociones que cada pieza suscita en mí son mucho más genuinas que antes. La historia de los del San Patricio desde hoy se echa a andar sola, y yo le deseo buen viaje.