— CARMEN AMAYA —
BAILAORA
La noche en que Carmen Amaya llegó al mundo, Barcelona fue azotada por una terrible tormenta. Los truenos retumbaban, los relámpagos latigueaban y la lluvia convertía las estrechas calles en furiosos arroyos de agua sucia.
Los miembros de la familia de Carmen eran gitanos romaníes, y el baile flamenco estaba en su sangre. Cuando el padre de Carmen la vio bailar por primera vez, se preguntó si algo de aquella tormenta se había metido en las venas de su hija al nacer.
Carmen aprendió pasos de flamenco de su tía, quien era una gran bailaora. Pero la niñita nunca siguió las reglas: creaba las suyas. Para ganar dinero, bailaba descalza en las tabernas frente al mar. Se ganó el respeto hasta de los marineros más rudos, quienes la llamaban la Capitana.
Pronto comenzó a presentarse en grandes teatros. Ganó el dinero suficiente para que su familia dejara la choza donde nació, y se mudaron a un departamento decente. Al fin podían comprar sándwiches de jamón en vez de comer sólo sardinas.
En el escenario, Carmen prefería los pantalones entallados y una chaqueta bolero al traje de flamenca, el vestido tradicional que usaban las bailaoras. Cuando apareció así por primera vez, el público se volvió loco. ¡Cómo se atrevía esa muchachilla a usar ropa de hombre! Pero, cuando comenzó a bailar, Carmen los hizo callar a todos. A veces rompía los tablaos con sus pasos rápidos y estruendosos sobre el escenario; sus zapateos eran tan feroces que un miembro de la audiencia dijo que «su baile era casi sobrenatural».
Carmen fue una bailaora tan increíble que aún hoy es recordada como la Reina de los Gitanos.
2 DE NOVIEMBRE DE 1913-19 DE NOVIEMBRE DE 1963
ESPAÑA
ILUSTRACIÓN DE ANA JUAN
LOS PANTALONES NO PERDONAN, SE VEN TODOS LOS DEFECTOS DEL MUNDO Y NO TIENES DÓNDE AGARRARTE.
CARMEN AMAYA