— CELIA CRUZ —
CANTANTE
Había una vez, en un barrio pobre de La Habana, Cuba, una niña que solía cantarles a sus hermanos y hermanas para que se durmieran.
—¡Qué voz tan increíble! —decían los vecinos—. Canta como un ángel.
Cuando Celia creció, su primo la inscribió en un concurso de canto en una estación de radio local. Quedó en primer lugar… y como premio ¡le dieron un pastel!
Celia amaba cantar canciones de santería en la lengua yoruba de África Occidental. Su padre no estaba de acuerdo con que cantara y quería que fuera maestra. Pero la música, y en especial los hechizantes ritmos de la salsa, corrían por las venas de Celia.
Ingresó al Conservatorio Nacional de Música y comenzó a grabar discos. Un día, un popular grupo de salsa llamado La Sonora Matancera comenzó a buscar una nueva cantante. Esa fue la gran oportunidad de Celia, y ella la aprovechó.
Pero poco tiempo después estalló la revolución en Cuba y muchos músicos huyeron a Estados Unidos. Celia fue una de ellos. Aun así, nunca olvidó de dónde venía.
Un día, en un café de Miami, una mesera le preguntó si tomaba su café con o sin azúcar.
—¿Estás loca? —le preguntó ella riéndose—. ¡Soy cubana! ¡Siempre queremos azúcar!
De ahí en adelante, siempre que estaba en el escenario gritaba «¡Azúcar!» y el público enloquecía.
Con su extravagante personalidad, su increíble voz y su ritmo contagioso, Celia ayudó a que la salsa se popularizara al máximo por toda América. Grabó más de setenta discos, ganó varios Grammys y fue la indiscutible reina de la salsa durante cuarenta años.
21 DE OCTUBRE DE 1925-16 DE JULIO DE 2003
CUBA
ILUSTRACIÓN DE PING ZHU
NO HAY QUE LLORAR, QUE LA VIDA ES UN CARNAVAL.
CELIA CRUZ