— MATILDA DE CANOSSA —
SEÑORA FEUDAL
Hace mucho, en un lejano tiempo de reyes, papas y castillos, había una mujer tan poderosa que todos querían ser sus amigos. Su nombre era Matilda.
Matilda gobernaba un enorme reino que se extendía por negros bosques y verdes lagos, montañas blancas y playas doradas. Vivía en Italia en una época llamada Edad Media, en la que los dos poderes más grandes eran la Iglesia católica romana y el Sacro Imperio Romano. La cabeza del Sacro Imperio Romano era Enrique IV, primo de Matilda. La cabeza de la Iglesia católica era el papa Gregorio VII, amigo de Matilda.
Un día, Enrique se dio cuenta de que Gregorio se estaba volviendo demasiado poderoso, así que anunció que la gente del Sacro Imperio Romano ya no debía ser leal al papa. Enfurecido, Gregorio reunió un enorme ejército para enfrentarlo.
Enrique le pidió ayuda a Matilda. Ella también tenía un poderoso ejército y bien podría haber apoyado a su primo en esa empresa, pero se negó.
—Sólo te ayudaré a obtener el perdón del papa —dijo.
Arregló una reunión entre los dos hombres en su magnífico castillo en Canossa, al norte de Italia. Era invierno, y el bosque que rodeaba a su castillo estaba cubierto de nieve.
Enrique pasó tres días y tres noches de rodillas y sin zapatos sobre la nieve para mostrar su arrepentimiento. Cuando finalmente le permitieron entrar al castillo, el papa lo perdonó. Pero la tregua no duró mucho tiempo.
La batalla entre el Sacro Imperio Romano y la Iglesia católica apenas comenzaba, y Matilda tuvo que liderar varias expediciones militares contra el ejército del emperador para proteger al papa. Tras veinte años de batallas, fue coronada como vicaria imperial y virreina de Italia.
MARZO DE 1046-24 DE JULIO DE 1115
ITALIA
ILUSTRACIÓN DE ELISABETTA Stoinich