Yo, que vendo mi pensamiento y quiero ser autor.
BAUDELAIRE, “A Sarah” (c. 1839)
Yo pensaba (...) en mi libro, y aún sería inexacto decir que pensaba en quienes lo leyeran, en mis lectores. Pues, a mi juicio, no serían mis lectores, sino los propios lectores de sí mismos, porque mi libro no sería más que una especie de esos cristales de aumento como los que ofrecía a un comprador el óptico de Combray.
MARCEL PROUST, El tiempo recobrado (1927)
El valor vital de un gesto. Dicho de otro modo: el valor de la forma en la vida, el valor de las formas, que crea vida y la exalta. El gesto es solo el movimiento que expresa claramente lo inequívoco, y la forma es el único camino de lo absoluto en la vida; el gesto es lo único que es consumado en sí mismo, una realidad y más que mera posibilidad. Solo el gesto expresa la vida. Pero ¿se puede expresar una vida? ¿No es esta la tragedia de todo arte vital, que quiere construir con aire un castillo de cristal, que quiere forjar en realidades las aéreas posibilidades del alma, que quiere construir entre los hombres el puente de sus formas mediante el encuentro y la separación de las almas? ¿Puede haber gestos? ¿Tiene sentido el concepto de forma desde la perspectiva de la vida?
GYÖRGY LUKÁCS, El alma y las formas (1909/1911)