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Bill Gates, Steve Ballmer y Bob O'Rear van volando a la Florida y se preparan para una reunión crucial: tienen la intención de proponerle a IBM el desarrollo esencial del software base del PC, lo que incluye el sistema operativo. En el aeropuerto internacional de Miami, los tres compañeros hacen fila en el baño para ponerse los trajes. ¡Bill se da cuenta que no lleva corbata!... De camino a Boca Ratón arquean el carro alquilado en el aeropuerto en el exterior de una gran tienda situada al borde de la ruta y esperan la hora de apertura. Sin perder un segundo, Bill compra una corbata muy fresa.
Los visitantes de Seattle llegan al local de IBM quince minutos tarde. Estos son llevados a una sala de conferencias en la que los esperan catorce técnicos. Durante la reunión, Gates que el margen de tiempo previsto es realmente corto, por lo que es preferible que Microsoft supervise la totalidad del desarrollo. Los expertos de Boca Ratón lo bombardean con preguntas y este les responde con claridad y pasión.
Jack Sams no es más la cabeza del comité Chess. Fue asignado a otro proyecto de la compañía. En su lugar, Lowe designó a un hombre de gran tamaño con un carácter caluroso: Philip D. Estridge. Después de veintidós años de servicios en el seno de IBM, Estridge descubrió una pasión por los micro-ordenadores y acaba de adquirir un Apple 2. Bill Lowe lo escogió porque combina esa excentricidad – a los ojos de IBM – con una reputación sin falla de lealtad para con la compañía, y un don para entregar los proyectos a tiempo. Estridge y Gates congenian inmediatamente.
En el transcurso del almuerzo, Don Estridge se encuentra a la mesa con el presidente de IBM, John Opel. Cuando Don evoca la eventual participación de Microsoft en la realización del sistema operativo del PC, John Opel pregunta por Bill. “¿Ese es el hijo de Mary Gates?”. La suerte parece estar de su lado: ¡Opel y la señora Gates están en el Consejo de Administración de la organización caritativa United Way!
El contrato entre IBM y Microsoft es firmado el 6 de noviembre de 1980. Se establece un calendario de fechas en las que la firma de Gates debe ser recibida. Gates y Ballmer son un poco nerviosos por el plazo pedido: les parece estar ya con tres meses de retraso incluso antes de haber comenzado. Un desarrollo importante es solicitado para entender las capacidaddes del QDOS. El sistema operativo rudimentario de Seattle Computer Products debe evolucionar hacia un software de calidad profesional bautizado MS-DOS[29]. Microsoft deberá presentar una primera versión en enero de 1981 para que IBM lo someta a tests de confiabilidad, y el producto final en marzo. Los plazos son de 96 días para proveer un BASIC destinado a estar en la memoria del PC, tan solo 257 días para el FORTRAN. Se estipula que IBM les dará regalías por cada software que Microsoft difunda con su PC, incluyendo el sistema operativo MS-DOS. Gates es llevado a hacer que IBM acepte el inicio de una licencia no exclusiva: él será libre de vender el MS-DOS a otros constructores. En fin, Microsoft va a trabajar en colaboración con el equipo de D. Estridge para la concepción del material.
IBM, aterrorizado con la idea de que suceda la menor falta, adopta medidas de seguridad draconianas para el desarrollo de software del PC. Gates trabaja en un cuarto en los confines de un pasillo en el octavo piso de la Old National Bank. Las condiciones de trabajo que deben soportar los programadores son infernales: el cuarto no mide más que 3 metros por 2, no tiene ni ventanas ni ventilación. Además, debido a que uno de sus muros está adyacente a la oficina de una compañía de corredores de bolsa, IBM exige que la puerta se mantenga cerrada a llave a todo momento y que ningún equipo o documento llevado para el proyecto salga del cuarto. La compañía lleva cajas fuertes especiales en las que deben guardarse los documentos, y encomienda a uno de sus empleados para su instalación. Tan solo uno de los requerimientos del comité Chess no será llevado a cabo: IBM desea que Microsoft instale rejas en el cielo falso para proteger el cuarto de todo acceso por el piso encontrado sobre ellos.
El cuarto jueves de noviembre, mientras es la fiesta estadounidense del Thanksgiving, Microsoft recibe el prototipo del ordenador tan esperado. Los ingenieros de Boca Ratón tuvieron tres meses intensos trabajando hasta 80 horas por semana para cumplir con los plazos. Dave Bradley, un miembro del comité Chess, efectúa la entrega de nueve cajas impresionantes desde el aeropuerto hasta Bellavista bajo un diluvio. Steve Ballmer abre la puerta a las 8 de la mañana y grita: “¡Ah, ustedes deben ser los de IBM!”. La apertura de los paquetes fue una pequeña decepción: la Big Blue opta por el microprocesador 8088 de Intel en vez del 8086. El 8088, menos costoso, funciona de la misma manera que el 8086, pero es más lento.
Bob O'Rear, nombrado responsable del proyecto MS-DOS, se instala en el pequeño cuarto escogida por IBM. Se hace un acuerdo con Tim Paterson para que realice el mismo ciertas adaptaciones desde su oficina en Seattle Computer Products – el todavía ignora la identidad del misterioso cliente de Microsoft. Las especificaciones del MS-DOS evolucionan de semana en semana porque muchas de las características de la máquina aún no han sido determinadas. Se les une Mike Courtney, quien se ocupa de adaptar el BASIC según los deseos de IBM. Estos disponen de un prototipo del PC con una longitud como la de una oficina, y de una máquina consagrada al desarrollo de programas proveída por Intel. Muchos problemas técnicos deben ser resueltos antes de poder arrancar con la programación. El DOS realizado por Tim Paterson está disponible en disquete de 8 pulgadas, mientras que la máquina de IBM usa disquetes de 5 pulgadas y 1/4. El calor liberado por los dos aparatos es tal que a veces generan anomalías de funcionamiento. Los programadores tienen los peores problemas para acomodarse a las exigencias de IBM y la condición según la cual la puerta debe estar cerrada permanentemente es imposible de respetar. Steve Ballmer llega regularmente a preguntar por el avance del proyecto y luego cierra la puerta. Unos minutos más tarde, Bob O’Rear sofocado por el calor la vuelve a abrir.
Cada día, mensajeros van y vienen por los seis mil quinientos kilómetros que separan a Seattle y a Boca Ratón para entregar paquetes confidenciales. Bill Gates se encuentra frecuentemente en Florida y tiene la costumbre de dormir durante el vuelo Seattle – Miami. Tiene que partir el mismo día de regreso a Bellavista. Para facilitar la comunicación, un sistema de mensajes electrónicos es establecido entre las dos compañías.
En el transcurso del invierno, Myriam Lubow aterriza en Seattle con su familia para volver a trabajar: ella no resiste vivir lejos de una empresa que aprecia. La primera semana que pasa en Bellavista no está en condiciones de apreciar la ciudad en su mejor día: la niebla es tan densa que no se da cuenta por una semana que no hay tiendas cerca de su hotel. Para Myriam las sorpresas no han terminado. ¡Habiendo conocido a Bill como alguien relajado, ella lo ve llegar una mañana con un traje de tres piezas! Sin querer parecer burlona, ella se esfuerza para pretender que no ha pasado nada. Diez minutos más tarde, tres hombres vestidos de uniformes deportivos se presentan en la oficina con grandes portafolios en las manos. Myriam Lybow los asimila como a simples corredores y duda en dejarlos pasar. Uno de los visitantes le explica que son parte de la compañía IBM. Myriam está interiormente desconcertada: ¿cómo es posible que esas personas, siendo parte de una compañía seria, estén vestidos de una manera tan poco convencional? De repente, ella se da cuenta de lo que sucede: los ingenieros de Boca Ratón adoptaron el estilo de Gates, mientras que este último creyó que era bueno ponerse a la moda de la Big Blue. Cuando Myriam lleva a los tres visitantes a la oficina de Bill, todos se voltean a ver un momento con impresión, luego sueltan unas carcajadas.
O'Rear y su compañero sudan sangre y agua al interior del sauna en el que están confinados, en sentido literal y figurado. El prototipo todavía no es fiable y frecuentemente pierden varias horas para determinar el origen de un error que resulta tener su origen en la precariedad del material. Una tarjeta responde cuando no debería, o sino genera información incoherente. El 5 de enero de 1981, Robert O’Rear envía una carta al correspondiente técnico de IBM para compartirle los tantos problemas.
"En el transcurso de las últimas semanas, hemos estado empeñados en la adaptación del DOS 8086 en el prototipo que nos confiaron. Al inicio, el material parecía funcionar de manera satisfactoria. Actualmente, es claro que no es una máquina en buen estado de funcionamiento. Las conversaciones que tuvimos con los ingenieros de Boca Ratón parecen indicar que el problema viene de la manera en que los cables han sido puestos en la tarjeta principal. Según nosotros, el problema viene seguramente del hecho que los cables hacen contacto cuando la máquina se calienta. Dado que desarrollamos un sistema operativo en una máquina en el estado del prototipo, a veces perdemos varias horas en determinar si el origen del error viene del material o del software. Muchas jornadas han sido desperdiciadas de esta manera. Si bien aún es posible tener lista una primera versión del DOS el 12 de enero, no podemos contar con un solo día de pausa en aproximación a la fecha prevista. Un ingeniero de Boca Ratón debe venir mañana con una nueva tarjeta para el aparato. Si esta funciona correctamente, será posible poner el proyecto en sus riendas y lograr el objetivo en los plazos previstos. Si, por el contrario, nos encontramos con otros problemas, esto podría traer desfaces en el calendario de por sí apretado al que estamos sometidos.” Los ingenieros de Boca Ratón constantemente alerta inmediatamente toman en cuenta los problemas mencionados y rápidamente les dan una respuesta. A partir de febrero, una primera versión del MS-DOS funciona en el prototipo. Sin embargo, el 2 de febrero Pat Harrington de Microsoft envía un mensaje a IBM para compartirle sus inquietudes relacionadas a la rapidez de la máquina. “Las pruebas realizadas internamente indican que el prototipo no funciona más rápido que un Apple 2. Esperamos que la máquina final sea mucho más rápida. Las revistas de micro-informática no dudarán en hacer evaluaciones de este tipo. Si el PC no ofrece una rapidez superior a la de los ordenadores de 8 bits, tendremos entonces críticas desfavorables.” Don Estridge envía una respuesta amable, agradeciendo a Microsoft de tenerlo informado de los problemas encontrados, y los invita a continuar en ese sentido. Les vuelve a recordar los plazos a respetar.
"Aprecio su compromiso para respetar las fechas de marzo. Como lo mencionamos en la conversación telefónica del 10 de febrero, IBM les ayudará a poner en desarrollo todo el set de tests necesarios para el DOS y el BASIC. Usted expresó inquietudes relacionadas al desempeño del prototipo. Los ingenieros de IBM a los que me acerqué respecto al tema me indicaron que el desempeño del producto final estarán conformes a aquello que uno podría esperar del 8088."
Cada vez que es necesario, IBM envía ingenieros a Seattle para que estos solucionen los problemas mencionados por Microsoft. Además de la máquina en desarrollo de Intel, dos prototipos están presentes en el cuarto. Cada una de estas máquinas genera calor y la temperatura llega hasta los 38º, cosa que no contribuye a la fiabilidad del material. Los programadores trabajan entonces permanentemente con la puerta abierta a pesar de la exigencia formulada por IBM. Pero un problema misterioso retrasa el perfeccionamiento del sistema operativo. Cuando MS-DOS intenta escribir un dato a cierta parte de la memoria, el PC se “cuelga”. Varios meses son necesitados por el equipo de Bob O’Rear para descubrir el origen de esa situación: se debe a una anomalía del software escrito por IBM en una parte de la máquina. En un nuevo correo, Bob O’Rear explica que se perdieron sesenta días debido a que los programadores de pudieron disponer de un prototipo verdaderamente fiable. Los desarrolladores por lo tanto están atrasados. El 5 y 6 de marzo, Mel Hallerman y Dave Stuerwald de IBM se reúnen con Bill Gates y Bob O’Rear para determinar un nuevo calendario de entrega de los software. Gates y O’Rear hacen entender claramente que las fechas solo pueden ser respetadas si el material es fiable.
Con regularidad Boca Ratón contrata inspectores de seguridad en Bellavista para verificar que Microsoft cumple con las reglas acordadas. Ahora son tres operadores que operan en el tórrido cuarto. Neil Konzen llega a participar temporalmente en el desarrollo del BASIC. A partir de abril, Tim Paterson se presenta en las oficinas: este puso su renuncia en la Seattle Computer Products para unirse a Microsoft. Cuando este se entera que su pequeño sistema operativo fue vendido a IBM, ¡este inicialmente cree que es un chiste! Hasta entonces, los habitantes del sauna no soportan más la temperatura ambiente, por lo que planean un estratagema: cuando un empleado de Microsoft se da cuenta que una persona de IBM está a punto de llegar, este corre a avisarle a O’Rear y sus compadres. Pero la astucia tiene sus límites. Un inspector de seguridad llega sin avisar a supervisar y se encuentra con una situación alarmante: no solo está la puerta totalmente abierta, sino que además ciertas partes del ordenador fueron puestas en el pasillo. Steve Ballmer es severamente sermoneado y el emisario de Boca Ratón no se abstiene de ensombrecer el panorama. “Sepan que el proyecto puede ser anulado en cualquier momento. Si eso llega a suceder, vamos a pedirles que pongan todas las piezas confidenciales en una caja y que nos las envíen. Entonces no nos volveríamos a contactar.” Esto no se le dirá a Ballmer dos veces. Desde ese momento, Microsoft está atento de cada pequeño detalle de seguridad: el sistema de supervisión de los inspectores es aplicado en su totalidad.
En el transcurso del mes, los programadores soportan con más y más dificultad el régimen intenso al que están sometidos. Bob O’Rear, si no está programando, está entonces relacionándose con una veintena de personas en Boca Ratón – incluso prodiga consejos sobre el color de la pintura del PC. El agotamiento no está lejos. Sin embargo, el único momento de respiro que acuerdan los programadores solo dura un fin de semana durante el cual parten – Paul Allen entre ellos – a asistir en el lanzamiento de la nave espacial, a pesar de las protestas vehementes de Bill Gates.
Dave Bradley de IBM, de pasada por Bellavista, recibe un mensaje por la mañana de Boca Ratón con la orden de entregar el BASIC ese mismo día. Consciente del modo de vida de los programadores de Microsoft, él hace un desvío por la Two-Park Central Tower a las 5 de la mañana. Este encuentra a Bill tendido en el suelo, un bolígrafo rojo en la mano con el que examinaba un listing voluminoso: el presidente pasó la noche haciendo retoques de último minuto a su BASIC.
De las cien personas empleadas por Microsoft a la mitad del 81, treinta y cinco contribuyen con el proyecto IBM de una manera u otra. Dentro de la misma IBM, cuatrocientos cincuenta individuos se consagran para llevar a cabo la realización del ordenador Chess. Un chiste circula entre los programadores de Redmond: “se trata del programa más pequeño de IBM y del más grande de Microsoft”. Gates juega el rol de consultor de las especificaciones de la máquina. El 11 de junio de 1981, envía una carta de recomendación que concierne a la memoria mínima que debe tener el PC. IBM espera integrar una máquina de 16 Ko. Gates se empeña en persuadir a Estridge para no entretenerse con los mercados de baja gama. “Estimamos que Chess debería tener como mínimo 64 Ko de RAM. Una máquina así permitirá ejecutar el COBOL, el BASIC y el Ensamblador. Se necesitará cuando menos 128 Ko para ejecutar Pascal y Fortran.” Este convence a IBM de vender su máquina con una unidad de disquetes y de no preocuparse por la lectura de casetes.
Los software que parten de Redmond a Boca Ratón son sometidos a tests draconianos. IBM conduce pruebas cualitativas con usuarios “conejillos de india”. Esta manera de operar los lleva a descubrir los bugs más oscuros. Gates estima que se hubieran requerido años para reparar las anomalías detectadas por IBM si se hubiesen apoyado tan solo en los procedimientos usuales. El rigor de los tests tiene un valor didáctico para Microsoft, pues descubren un nivel de evaluación de la calidad de los productos hasta entonces desconocidos.
En junio, el hebdomadario InfoWorld publica un artículo que da a entender que IBM prepara un micro-ordenador. Ballmer, Allen y Gates temen las reacciones de Estridge. A veces se estremecen por la angustia de ver a IBM abandonar la integridad del proyecto. La Big Blue es conocida por haber desarrollado una gran cantidad de productos que finalmente nunca fueron puestos en venta. Resulta que Microsoft no puede ser puesta en duda: los reporteros se dieron cuenta de todo al observar la actividad desbordante de Boca Ratón.
La versión 1.0 de MS-DOS sometida a aprobación compone cuatro mil líneas de lenguaje ensamblador y ocupa 12 Ko de memoria. IBM valida el sistema creado por Microsoft. Una tarde de julio de 1981, Bill se da cuenta que la Big Blue se prepara para anunciar la salida de su máquina. El evento es celebrado con delirio en un restaurante chic de Seattle. Para los programadores, una gran cantidad de trabajo queda por hacerse ya que deben terminar los lenguajes Pascal, Fortran, Cobol, Ensamblador... El trabajo vuelve a comenzar en breve. El 27 del mismo mes, Paul Allen adquiere los derechos de QDOS de Tim Paterson junto con DCP por la suma de cincuenta mil dólares. El contrato de cesión indica que Microsoft no tiene obligación de revelarle a SCP el nombre de los constructores interesados en comprar el DOS. Y con buena razón... En espera, Gates recibe un mensaje cuando menos formal de su comanditario: “Querido Proveedor. Ha hecho un buen trabajo”.