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13 - Excel

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"Los grandes best-sellers del software han sido generalmente escritos para equipos pequeños. 1-2-3 fue esencialmente concebido y realizado por dos individuos. Sucedió lo mismo con VisiCalc. dBASE fue originalmente el fruto del trabajo de una sola persona. Paradox fue escrito por dos programadores. Es así con todos los software mayores".

Esta opinión enunciada por Dan Bricklin, creador de VisiCalc, es compartida por la mayor parte de jefes de proyectos en la esfera del software. El desafío esencial al que se confrontan los editores consiste en encontrar los raros individuos capaces de llevar a cabo la realización de una obra hasta su más mínimo detalle. Estos generalmente son jóvenes, y por ello están dotados de una energía aparentemente inagotable desde el momento en que se integran a una causa que juzgan válida. Usualmente no conformistas, desde su apariencia de vestimentas hasta su comportamiento social, ellos se sitúan al margen de una sociedad que desprecian regida por imperativos comerciales. Desde el inicio del año 1981, Gates tomó conciencia que debía ir a los campus de las universidades para encontrar uno por uno a esos campeones virtuales.

Para realizar un software inolvidable, es necesario masterizar la creatividad desenfrenada de estos artesanos y canalizarla en un producto que pretende llegar a las oficinas de millones de usuarios. Por cuestiones de la vida, el espíritu de este índole solo puede ser sensible a incitaciones emanadas por otros conquistadores veteranos del universo del software. Pero Bill Gates y Charles Simonyi poseen el aura y la credibilidad necesarias para liberar una pasión como tal. Doug Klunder, arquetipo del marginal que habría vivido en tiempos normales a la distancia del sistema fue el primer estudiante reclutado por Microsoft en un campus en marzo de 1981. La hoja de cálculo Excel nació de su voluntad feroz para elaborar un software que sobrepasara lo que había sido realizado anteriormente. Pero casi no hay día en que no vea la ira del mismo Klunder debido a cosas que él considera como caprichos irresponsables de su jerarquía.

En septiembre de 1983, Gates se pone en evidencia. El 1-2-3 de Lotus está firmemente instalado en la primera posición y el alcance de sus ventas vuelve irrealista toda tentativa de derrocarlo. El contraataque no puede venir de una versión bonificada de Multiplan, software concebido con un espíritu totalmente diferente al de 1-2-3. Este prevé la creación de una nueva hoja de cálculo, provisionalmente llamada Odyssey, el cual ofrecería las mismas capacidades que la de Lotus con una mejora mayor para cada caso en concreto. Para esto, Bill decide organizar una retirada dedicada a la reflexión lejos de las oficinas de Bellavista. Hasta entonces, las especificaciones de los software fueron concebidas esencialmente por Simonyi y Gates. Para la ocasión, ellos deciden salir de los senderos perdedores e invitan a tres desarrolladores para que participen en el brainstorming: Doug Klunder, Jeff Harbers y Bob Mathews. Dos hombres de marketing son igualmente invitados: Jeff Raikes y su asistente Jabe Blumenthal. En total, diez personas seleccionadas en una lista son reunidas en un cuarto de un hotel de Seattle: el Red Lion. Bill apertura la reunión explicando el objetivo previsto: “Vamos a definir las bases de la hoja de cálculo más bella del mundo.

El anuncio de la meta suscita un oleaje de sugerencias. Habiendo pasado solo unos minutos, es ya difícil lograr darse a entender entre miles de gritos de unos y protestas de otros. Cada uno defiende su punto de vista con furor y llueven los insultos. Algunos se muestran partidarios de una representación de cifras de la misma manera de Word, haciendo aparecer negritas, itálicas... Otros no ven más allá y predican el desarrollo en una interfaz gráfica así como la de Macintosh. Su deseo, lejos de ser la unanimidad, es recibida por risas burlonas. Bill Gates habla fuertemente para explicar que el aspecto a privilegiar antes que nada en la hoja de cálculo es la rapidez de cálculo. Otra cuestión aflige a los participantes: ¿deben de conservar ciertas características de Multiplan o inspirarse en 1-2-3? algunos programadores piensan que deben abandonar la notación L1C1, L1C2 de Multiplan y adoptar el modo “batalla naval” A1, B1... de Lotus. Bill se muestra en total desacuerdo: él detesta la manera de operar de Lotus. Conviene moderar su posición frente a un argumento dado sin delicadez por un contradictor: ¡si el público prefiere el modo Lotus, sería estúpido negarse a dárselos! Bill reconoce que por lo menos deben moderar la oferta en opción. 1-2-3 popularizo un concepto llamado “macro”, un pequeño lenguaje de programación que retoma los comandos de la hoja de cálculo. Gates estima que habría que asociar al Odyssey el lenguaje BASIC con el cual miles de usuarios están familiarizados. Doug Klunder juzga ese razonamiento inepto: el lenguaje del macro debe corresponder a los comandos que figuran en los menús del Odyssey. Para detener la emoción de varios litigantes obstinados, los hombres de marketing comparan sus consejos supuestamente geniales con los resultados de las encuestas efectuadas por los usuarios de Multiplan y de 1-2-3.

Durante tres días frenéticos, los participantes se desgarran verbalmente por las características a aportar al producto. Si el método de trabajo parece poco ortodoxo, este trae sus frutos: habiendo planteado el camino, las especificaciones de una hoja de cálculo de ensueños son puestas en papel. Varios conceptos mayores son definidos. Uno de ellos es el “cálculo inteligente”. Cuando el usuario modifica un valor en Multiplan o 1-2-3, este vuelve a calcular la hoja entera. Odyssey no volvería a calcular más que las celdas directamente afectadas por una actualización. Esta simple mejora debería aportar una velocidad de cálculo mucho superior a 1-2-3. La hoja de cálculo de Lotus necesita que se apunte sobre cada línea de números antes de poder crear una gráfica. Odyssey permitiría un trazo automático, el software estaría a cargo de deducir el mismo la información a representar bajo la forma de un histograma. Los macros podrían ser creados automáticamente mientras que el usuario escribe en su teclado.

Al final de la reunión, Doug Klunder indica que redactaría una síntesis de las ideas intercambiadas en el transcurso de esos días febriles. Dos semanas más tarde, este presenta un reporte de veinte páginas que resume los puntos con los cuales están de acuerdo los participantes después de haber sido abucheados sin descanso. La definición de la libreta de características de un software es usualmente efectuada por Simonyi. Gates juzga oportuno confiarle la responsabilidad del trabajo a Blumenthal. El asistente de Jeff Raikes parece ser el indicado para esa tarea. Habiendo entrado en Microsoft en 1982, este se ocupa del marketing de Multiplan y, por ello, estudió en detalle a VisiCalc, SuperCalc y 1-2-3, los cuales conoce como a la palma de su mano. Jabe Blumenthal redacta las especificaciones definitivas de lo que se convertiría en Excel, asistido en la tarea por Doug Klunder. Los dos hombres deciden que Excel sería desarrollado en el PC IBM con un aspecto cercano al de Multiplan. Blumenthal y Klunder descubren entonces un software de Ashton-Tate llamado Framework que presenta una interfaz seductora: su creador, Robert Carr, viejo investigador del Palo Alto Research Center, tuvo éxito en reproducir ciertas ventajas de las interfaces gráficas del tipo de Xerox Star en la pantalla del PC. Jabe y Doug pasan un largo momento estudiando a Framework y, impresionados por su lenguaje de programación, deciden inspirarse en él para lo que estaría incluido en Odyssey. Al inicio del proyecto, Odyssey retoma la mayor parte de puntos fuertes de otras hojas de cálculo e integra conceptos innovadores tales como el cálculo inteligente. La suma de las opciones reunidas conforman un software ambicioso.

Doug Klunder empieza la programación de la hoja de cálculo con pasión. Animado por la certeza de estar realizando un producto mayor, el hombre barbudo y peludo consagra lo esencial de sus días en la escritura de Odyssey. Él es asistido por dos otros desarrolladores: Mark O’Brien y Jeff Harbers. El desarrollo se estima con una duración de seis meses. El nombre de la hoja de cálculo evoluciona varias veces: los nombres NumberBody, Mister Spreadsheet, Plan 3, Champagne y Lever son sucesivamente descartados a favor de un nombre distinguido: Excel. En los albores del nuevo año, lo esencial de la parte que concierne el cálculo está listo. Los programadores deben escribir aún el código relacionado a los gráficos en cuanto a las hojas de cálculo y a los macros. Doug Klunder informa a Bill Gates de la imposibilidad de respetar el plazo previsto y sugiere correr la salida de Excel al otoño. Así sería posible perfeccionar la joya bajo las reglas del arte.

Los eventos se precipitan hacia el final del mes de febrero. Apple acaba de lanzar el Macintosh y Microsoft publicó una versión de Multiplan para ese ordenador. Gates descubre que Lotus decidió atacar a Macintosh: la compañía desarrollaría un producto llamado Jazz. La amenaza se toma en serio. Después de un año de actividades, Lotus reúne ingresos cercanos a los de la compañía de Bellavista: 53 millones de dólares contra 69.5. Mientras se incrementan las ventas de 1-2-3, la compañía de Mitch Kapor no debería tardar alcanzar el primer lugar. Lotus anunció que Jazz será un producto “integro”: este ofrecerá cinco servicios – hoja de cálculo, procesador de texto, gráficos, gestión de ficheros, y telecomunicaciones. Kapor está firmemente convencido de que el porvenir le pertenece a ese tipo de software y comienza el desarrollo de un programa del mismo índole para el PC: Symphony. El anuncio de Jazz precipita un cambio de dirección radical. Gates, Raikes y Blumenthal están convencidos de que es ilusorio vencer a 1-2-3 en el PC. En ese entonces, parecía que Jazz podría hacer tan solo un mordisco a Multiplan Mac y consolidar la dominación de Lotus en el sector del software. Parece oportuno llevar la batalla adónde aún no ha tomado lugar: sobre el terreno de Mac. Gates expresa que la convivialidad de interfaces gráficas progresivamente atraería a millones de usuarios. No es viable dejar al editor de Boston acaparar por sí solo a todo el mercado. Deben ofrecer una hoja de cálculo de nivel superior para la máquina de Apple.

La decisión de llevar Excel a la máquina de Steve Jobs es tomada el 5 de marso en el transcurso de una reunión informal en la que participan Gates, Blumenthal y algunos técnicos. Por razones nada claras, Doug Klunder está ausente en esa reunión. Es a través de un mensaje que el recibe de un redactor técnico que Doug se da cuenta que la orientación de Excel a cambiado. “Escuché que Excel de ahora en adelante será un software que correrá en una interfaz gráfica. ¿Qué tengo que hacer en este momento?”. Doug está desconcertado. Evidentemente pasó algo fundamental y nadie le comunicó al respecto. Él se precipita a la oficina de Gates para preguntarle que está tramando exactamente. Bill, molesto, le explica que por varias semanas se ha contemplado llevar a Excel al Macintosh, y que la gente de marketing está convencida que esta es una iniciativa sensata. Klunder se muestra perturbado. Él no comprende por qué Bill no consideró oportuno informarle en primer lugar a la persona más involucrada en el proyecto. Él expresa su amargura por haber consagrado seis meses de su existencia para desarrollar día y noche un producto al que se le anuló su salida. “¡Nada importa en el plano humano! Me he matado escribiendo Excel. ¡Toda mi vida la he entregado a Excel!” grita Klunder. Agrega que la decisión tomada es incorrecta. 1-2-3 es una programa todavía reciente en el mercado. Excel tiene todas las oportunidades de reemplazarlo. Cuando él se da cuenta que no está en la mesa volver hacia atrás, Klunder piensa en renunciar sin esperar más nada. Después de reflexionar, este le informa a Gates que está de acuerdo con trabajar en Excel por nueve meses suplementarios. Al final de ese periodo, él se iría sin lamentarlo de la compañía deshonrada.

Jabe Blumenthal retoma el servicio para adaptar las especificaciones de Excel a la plataforma Macintosh. Este es asistido por Mike Slade, el nuevo Product Manager del software[44]. Ellos deciden en primer lugar inspirarse en la hoja de cálculos realizada por el equipo encargado del Macintosh: Multiplan Mac. Los programadores le dieron una visualización original: las líneas y columnas son delimitadas en la pantalla por una punteada. Pero Slade y Blumenthal deciden de igual manera inspirarse examinando el trabajo realizado por los concurrentes.

En una conferencia de micro-informática, Mitch Kapor contempla presentar Jazz en preestreno. Mike slade y Jabe Blumenthal están en el lugar e insisten con interés por un demostración de Kapor. Instalados frente al puesto de Lotus, ellos sacan sus bloc de notas y llenan decenas de páginas copiando febrilmente todo lo que observan: menús, comandos, aspecto de la pantalla... Tal hiperactividad no pasa sin llamar la atención de los responsables del puesto, quienes ordenan a Slade y Blumenthal que se vayan del lugar. Los dos parásitos pretenden llamar la atención de Mitch Kapor y se presentan como simples desarrolladores de Microsoft impresionados por lo que prepara Lotus y sinceramente interesados en saber más. Kapor, lejos de sospechar que Microsoft prepara un producto competencia de Jazz, se muestra benevolente. Está alegre de compartir su entusiasmo con otros fanáticos del software y, a pesar suyo, se presta a un ejercicio premeditado de espionaje industrial. “¿Cómo hace para unir la ventana de la hoja de cálculo a la del histograma? ¿Y para gestionar el desplazamiento de una página?”. El presidente de Lotus responde de buena gracia a las preguntas insidiosas de los camaleones y revela sin retenes los secretos internos. Los enviados especiales escriben rápidamente notas preciosas. De regreso en Redmond, los secretos de Kapor se inscriben en la lista de especificaciones de Excel.

El primer software desarrollado por Microsoft para Macintosh – Multiplan – parece haber sido hecho de manera pésima. Rumores alarmantes evocan numerosos bugs. En ciertos casos, los usuarios pierden sus datos. Gates reconoce que Microsoft trabajó “en precipitación” bajo la presión de Apple, y que el programa no fue sometido a suficientes tests de calidad. Una carta dirigida a los usuarios registrados reconoce la existencia de anomalías. Se enumeran los bugs existentes y se ofrece una guía para evitar los problemas mientras se espera por una actualización. Los adquisidores de Multiplan son invitados a reenviar su copia a Bellavista para recibir gratuitamente una versión revisada y corregida.

Microsoft finaliza igualmente un procesador de texto avanzado para el Macintosh. Word Mac hace su primera aparición pública en el transcurso de una exposición organizada por Apple. Bill Gates practica un deporte de alto riesgo: él prevé efectuar una demostración del software sin que se cuelgue ni una sola vez, aun cuando este está repleto de anomalías. Los asiduos de MacWrite, procesador de texto proveído gratuitamente con el Mac, esperan impacientemente la aparición de Word: MacWrite no está en posición de gestionar un documento de más de ocho páginas. Los escritores, escenaristas y otros adeptos del papel codician a Word con suspiros de impaciencia. Sin embargo, la versión finalizada en septiembre es considerada demasiado lenta para que sea posible comercializarla. Las revisiones aportadas al software ocasionan bugs que retrasan la publicación por cuatro meses.

Lotus anuncia oficialmente su producto integro Jazz en noviembre. John Sculley vanagloria abiertamente los méritos de un software cuya salida se juzga primordial para el ordenador de Apple. “Jazz es un producto importante para la estrategia de Apple: este abre nuevos mercados para el Macintosh.” Steve Jobs, de igual manera entusiasta, predice una maravillosa carrera para el programa: este se encontrará en 50% de los Macintosh. Lotus invierte sumas considerables para posicionar a Jazz como el programa final del Macintosh. Su salida es prevista para finales de marzo.

En las fiestas navideñas, Excel se encuentra en el estado en el que se encontraba para el PC nueve meses atrás. Un gran número de ideas fueron inauguradas. La hoja de cálculos integra capacidades de composición y permite así la producción de reportes de calidad profesional. Una de las características más remarcables ve la luz del día por pura suerte. Al desarrollador que realiza la gestión de impresoras se le pide hacer idas y venidas cada vez que prueba lo que ha escrito: La impresora se encuentra situada en un cuarto alejado. Él decide desarrollar un pequeño programa que le permite visualizar la página en la pantalla tal como se verá al ser impresa. Esta opción resulta ser increíblemente útil: permite no perder tiempo precioso. El programador comienza por convencer a Jabe Blumenthal de que deben de cualquier manera agregarlo al software. Jabe, inicialmente escéptico, consiente a integrarlo en Excel.

Microsoft difunde una pre-versión de Word Mac a cerca de una centena de empresas que participan en un programa de testeo intensivo. Como se tiene una copia preliminar, el software ostenta la mención de Word Mac Versión 1.0. Se produce entonces un fenómeno lamentable: se esparcen copias piratas del software entre los usuarios de Mac. Como en la época del BASIC de Altair, ciertas personas no podían esperar la llegada oficial del procesador de texto. La situación se hace más desagradable debido a que la versión en cuestión tiene un bug mayor: la última línea de un texto tiende a borrarse. Microsoft constata que una imagen negativa se esparce respecto a Word Mac y decide publicarlo desde enero para frenar la tentación de adquirir copias piratas.

Jeff Raikes juzga que es tiempo de presentarle Excel a Steve Jobs: Apple todavía no está enterado del desarrollo de la hoja de cálculo. Pero la reacción del fundador de Apple no es nada agradable.

- ¡Ustedes están locos! Jazz será el software del Macintosh. ¡Lo encontrarán en cada oficina en el que haya un Mac!

Jobs desaprueba la orientación tomada por Microsoft, la cual consiste en vender dos software separados: Word y Excel. Él estima que sería más adecuado reunir al procesador de texto y a la hoja de cálculo en un mismo software. Bill Gates, informado de la opinión de Jobs, decide no modificar sus planes. Él se opone totalmente a la idea de los programas íntegros. Aquellos que habían sido publicados hasta entonces, es decir Symphony y Framework, sufrían de la misma carencia: servicios de alta calidad cohabitan con otros de naturaleza lamentable. No obstante, Gates no se muestra totalmente indiferente a los argumentos de Steve Jobs y decide encontrar una defensa. El precio del conjunto Excel/Word sería comparable al de Jazz. Además, Microsoft ofrecería una utilidad, el Switcher[45], permitiendo pasar en cualquier momento del procesador de texto a la hoja de cálculo y viceversa. Para realizar tal herramienta, él llama a Andy Hertzfeld.

Responsable del sistema operativo del Macintosh desde febrero de 1981, Hertzfeld acaba de renunciar de Apple después de desacuerdos con lo que él llama la “burocracia del grupo Mac”. Su partida no pasa desapercibida: Hertzfeld, como padre de la interfaz gráfica de la máquina, fue sujeto de un retrato en el seno de revistas como Rolling Stone y Newsweek. Cuando Gates se entera de que Andy Hertzfeld está libre y espera desarrollar un Switcher para el Macintosh, él lo contacta tan pronto como puede. Los dos hombres tienen una reunión en el transcurso de la cual Gates, voluntariamente adulador, le pregunta al programador que en cuanto tiempo puede este desarrollar un programa como tal. Hertzfield, prudente, decide no parecer demasiado optimista y responde que necesitaría dos meses. Gates entonces le pregunta cuanto cobre usualmente por semana. Hertzfeld estima una suma alrededor de los cinco mil dólares. Gates le propone entonces comprarle el Switcher en base al tiempo que pase, pero no más de cuarenta mil dólares. Hertzfeld se niega a esa proposición. Él presiona con que el Switcher es un software igual de estratégico para Apple y para Microsoft, por lo que planea proponérselo al constructor de Cupertino. John Scullet, presidente de Apple, le ofrece la suma coqueta de 150,000 dólares.

Por su parte, Doug Klunder ejecuta la decisión tomada un año antes y deja Microsoft en enero. Antes de su partida, él graba varios videos explicando como funciona Excel. Doug promete que “jamás volvería a poner un pie en ese lugar”. Desocupado, él parte a California y vive sus días efectuando pequeñas labores. Microsoft contrata a un nuevo responsable para el desarrollo de Excel: Phil Florence.

Habiendo trabajado en una empresa clásica, con el constructor de ordenadores Wang, Florence está lejos de sospechar del ambiente que reina en Bellavista. Él se encuentra directamente bajo la dirección de Bill, quien pone una presión sobre él a la que no está acostumbrado: él debe supervisar el trabajo de los otros programadores, escribir ciertas partes de la hoja de cálculo, realizar pruebas que permitan reparar los bugs eventuales... Cada uno espera por aquello que él hace durante su semana de trabajo según los criterios de la compañía: por las mañanas, por los mediodías, por las tardes y los fines de semana. Florence no pretende tomar el ritmo y se vuelve el objetivo directo de la cólera de Gates. El proyecto Excel se hunde, y para el colmo de la adversidad nadie logra encontrar los videos grabados por Doug Klunder.

Desde hace varios meses, Apple atraviesa un periodo tenebroso. El Macintosh tiene un arranque impresionante: este representa catorce por ciento de las ventas de micro-ordenadores en abril de 1984. Pero  rápidamente queda sin aliento. En diciembre de 1984, su participación cae a alrededor del siete por ciento. Pasado el efecto de sorpresa, el Mac pierde su aura por dos razones principales. La gama de software – cerca de quinientos – no contienen ningún título mayor. El modelo inicial fue limitado en capacidades debido a la terquedad de Steve Jobs. El fundador de Apple insistió en que el primer Apple no tuviera más que 128 Ko de memoria[46] – 4 veces menos que el PC IBM. Los ingenieros responsables de la máquina intentaron disuadirlo en vano: tal coerción reducía de manera significativa las posibilidades del Mac. Frente a la obstinación del visionario, ellos escogieron secretamente realizar una máquina a la que la memoria pudiese ser eventualmente extendida a 512 Ko. Frente a la caída de ventas y a la disminución de las órdenes, la necesidad de ofrecer un Macintosh de 512 Ko llega con naturalidad. Entretanto, 75% de los ingresos de la compañía provienen aún y siempre del Apple 2. Sin embargo, el equipo responsable de ese ordenador resiente amargamente el hecho que el Mac acapare lo esencial de los medios. Varios miembros del grupo Apple 2, indignados, presentan su renuncia, entre ellos el agradable Wozniak. Considerado responsable de un gran número de males que sufre la compañía, Jobs ve su popularidad caer en el consejo de administración de Apple[47]. Otro jalón: varios compradores potenciales del Mac quedan decepcionados por la aparición de Jazz. Desgraciadamente, en marzo Lotus anuncia que su programa integro tendrá un retraso de dos meses. Mitch Kapor justifica ese contratiempo explicando que sus programadores trabajan para hacer que el programa sea lo más fiable posible. Pero el retraso de Jazz es un serio revés para Apple. Sculley se impacienta y toma enserio el hecho que Microsoft prepara a Excel. Un mes más tarde, él declara que el retraso de Jazz es parcialmente responsable de los débiles ingresos del primer trimestre. El presidente de Apple se prepara para efectuar despidos sin precedentes.

La situación no es mejor para Excel. Phil Florence no parece estar a la altura de soportar las tensiones inherentes de las funciones de Microsoft. Sumergido en las responsabilidades del proyecto, y además con reproches persistentes de Gates, él termina sucumbiendo: su corazón colapsa. Mientras él parte a la clínica, el avenir de Excel parece problemático e incierto. La suerte entonces les hecha una mano.

A Doug Klunder le roban el equipaje que había llevado consigo en las calles de California. Totalmente desvalido, él se encuentra en una situación en la que debe ganar un poco de dinero lo más pronto posible. Habiéndolo pensado bien, Microsoft parece la solución más adecuada. Doug vuelve a Seattle y toca a la puerta de su antiguo empleador. Él es recibido con los brazos abiertos, como si fuera un mesías. “¡Gracias, Dios, que Doug ha vuelto!” exclama Jabe Blumenthal.

Klunder retoma su don sin reservas para finalizar un software que considera como su bebe: él escribió cerca de la mitad del código. Paralelamente, Gates recibe un prototipo del Switcher escrito por Andy Hertzfeld, y se muestra alegre de su eficacia: se vuelve posible iniciar cuatro aplicaciones en un Mac y pasar instantáneamente de una a la otra con un clic del mouse. El conjunto Excel/Word/Switcher sería propuesto a un precio ligeramente inferior al de Jazz.

Unos días antes de su introducción, el rumor que dice que Microsoft se prepara para sacar una hoja de cálculo para el Macintosh se filtra en la prensa. La compañía se opone a desmentirlo. Pero cuando los periodistas reciben la invitación a una conferencia de prensa de Microsoft a la que asistiría Steve Jobs, estos llenan las oficinas de Bellavista con una diversidad de preguntas. Cuando se menciona el nombre de Excel, la respuesta oficial es: “No podemos confirmar ni refutar la existencia de un producto que lleve ese nombre.” El relativo secreto del desarrollo fue tan bien guardado que los ejecutivos de Lotus solo se dieron cuenta del programa unos días antes del anuncio. La sorpresa es enorme. Mitch Kapor intenta mostrar una cara serena frente a su competidor inesperado. “Es incorrecto posicionar a Excel como a un concurrente de Jazz. Este no tiene procesador de texto ni de gestión de ficheros, y no estará disponible antes del fin del verano. Se parece más a 1-2-3 que a Jazz. No pienso que tendrá un impacto importante.” Kapor está tan convencido que los programas íntegros son el futuro del software que Jim Manzi, su subalterno, debió pelear para que 1-2-3 no fuese retirado de las ventas a favor de Lotus Symphony.

Excel debe ser presentado a la prensa el 2 de mayo, tres semanas antes del lanzamiento de Jazz. La conferencia tomaría lugar en el restaurante Tavern on the Green en Central Park en la ciudad de Nueva York. Mike Slade y Jabe Blumenthal prepararon minuciosamente el código de la demostración que Bill Gates efectuaría. Se prevé tener una gran pantalla para reproducir la pantalla del Macintosh en la demostración. Mientras que Mike y Jabe golpetean en sus teclados, Bill debe comentar las ventajas de la hoja de cálculo prodigio. La tarde del 1 de mayo, el equipo de Microsoft llega al lugar con una pre-versión de Excel. El software continúa siendo mejorado cotidianamente y, por ello, Mike y Jabe le dan la última versión disponible. Una vez el material está instalado, Gates y sus compañeros repiten un escenario bien ensayado que, una semana atrás, funcionaba de maravilla. Descubren entonces que la versión de Excel que se supone debería de ser presentada a la prensa al siguiente día por la mañana muestra algo totalmente imprevisible: el software se cuelga al solo unos segundos de ser usado. Aterrados, Jabe y Mike intentan modificarlo con ciertos retoques; el software se cuelga luego en otras partes del código. A Gates no le agrada la situación: el intenta escribir un código para una modificación permanente. Cuando él recita su texto se produce un cuelgue que obliga a empezar todo desde cero. Jabe y Mike llaman a Doug Klunder urgentemente para determinar lo que puede andar mal. Bill, furioso, camina nerviosamente de un lado a otro arremetiendo y vituperando contra los programadores. Jabe Blumenthal finalmente descubre que es posible obtener un código más o menor seguro si se evita teclear ciertas series de teclas. Ellos ensayan el escenario dos veces seguidas y deciden confiar en ello.

La conferencia es empezada por Jon Shirley, quien se declara satisfecho del desarrollo efectuado por Microsoft en las máquinas Macintosh: Multiplan Mac se difundió en cien mil ejemplares. “Vendimos cuando menos un software por Mac difundida en el mundo.” Después de una breve introducción sobre las virtudes de Excel, Gates comienza la demostración interiormente aprendida: un error fuera de los casos precisos del código podrían hacer que el software exhalase su último suspiro. El efecto sería desastroso frente a los periodistas decepcionados por los bugs de las versiones Mac de Multiplan y Word. En ciertos movimientos, la voz de Bill se hace más lenta, como esperando lo peor. Y lo peor no llega a suceder. Jabe y Mike están nerviosos de igual manera. Cada vez que aprietan cierta tecla en ciertas partes del discurso, ellos esperan ver a Excel fallar. No sucede ninguna catástrofe. La voz de Bill vuelve a tomar seguridad y a acelerarse tal y como estaba antes del punto del cuelgue potencial. Finalmente, la magia llega al encuentro: la demostración termina de manera integral y sin problemas.

Los periodistas le hacen al fundador de Microsoft preguntas sobre el nuevo software. La pregunta de la velocidad de cálculo se presenta: se trata de un factor que distingue a 1-2-3 de toda su competencia en el PC. Bill Gates da a entender que, respecto a eso, Excel sorprendería hasta a los más indiferentes.

Steve Jobs, sentado a la derecha del presidente de Microsoft, enseguida toma la palabra. Como los dirigentes de Apple nunca ocultaron su soporte para con Jazz, cada uno está en suspenso por lo que va a decir. Sorprendentemente, él efectúa un cambio de opinión en público. Después de haber indicado que una guerra iba a comenzar entre Microsoft y Lotus, él comienza a hablar de una serie de consideraciones personales que parecen designar hacia dónde se orientaría su preferencia.

"Excel hará lo necesario para que Lotus no se coma el pastel ella sola” afirma Jobs, quien agrega que es preferible disponer una hoja de cálculo funcional y superior a 1-2-3 más que un software que haga de todo:

"El problema con los software integrados es que es casi imposible tener la mejor versión de cada programa. La mayoría de los integrados están en la misma posición."

Si bien no se dijo de nombre, todos reconocen que se trata del software de Lotus. Asombrado por tal resultado de la situación, uno de los periodistas le pregunta a Jobs si de igual manera le tiene fe a Jazz. Este se contenta con una respuesta sobria:

"Existe un mercado para un integrado que tenga un cierto nivel de desempeño."

A Bill Gates se le forma una sonrisa discreta. Poco después del fin de la conferencia de prensa surge una pregunta que todos esperaban:

- ¿Desarrollarán una versión de Excel para el PC?

Bill Gates actúa con mucho cuidado. Sabe que sería difícil conservar el soporte de Apple si anuncia de manera clara que Microsoft planea la adaptación de Excel para Windows. Su respuesta es serena.

- Esa es una cuestión de leadership. Apple posee una ventaja clara en el dominio de las interfaces gráficas. Pero, tarde o temprano, toda tecnología estará disponible para todos los constructores. Los PC un día tendrán una interfaz gráfica...

Steve Jobs le corta la palabra:

- ¡Para ese día todos estaremos muertos!

La sala se pone a reír. Bill espera a que el ruido disminuya y de manera juguetona dice:

- ¡Menos IBM!

La disponibilidad de una aplicación irresistible es poco a poco más crucial para Apple: frente a la mediocridad de los resultados del primer trimestre, John Scullet procede con el despido de mil quinientas personas. Se adoptan medidas draconianas con le fin de reducir los gastos. El presupuesto publicitario es reducido a menos de cien millones de dólares, un nivel inferior al del año precedente. Las plantas de fabricación son detenidas por una semana para permitir reducir el número de productos disponibles. La producción de la fama Lisa es terminada por completo. Gates, preocupado y pesimista por el avenir de Apple, aconseja a Sculley de vender la tecnología del Macintosh a otros constructores. En junio, una reorganización fundamental se lleva acabo para la destitución de Steve Jobs, quien deja toda responsabilidad de gestión de la compañía que fundó. Jobs planea dar su renuncia.

Jazz sale el 27 de mayo y recibe una bienvenida mitigada: a sus diversos módulos les falta algo atractivo, La comparación con Excel es desfavorable: este último brilla por su mayor rapidez de cálculo. Microsoft, por su parte, publica una versión intermediara de Word: los adquisidores de la primera edición encuentran bug tras bug. Sorprendentemente, la popularidad del software queda intacta a pesar de los rumores alarmantes que corren en su contra.

En septiembre, un evento grande sacude la esfera de la micro-informática: Steve Jobs, uno de los pioneros del sector, anuncia su renuncia de Apple. La persona que se volvió un verdadero héroe de la cultura estadounidense tras el lanzamiento del Macintosh deja su puesto en la compañía que fundó. En desacuerdo con el consejo de administración y con limitaciones en las responsabilidades – pensar en la concepción de nuevos productos – Jobs pierde toda influencia efectiva en el seno de Apple. Después de un corto periodo de abatimiento, el visionario vuelve a ponerse a trabajar casi inmediatamente. Después del despido de algunas joyas del equipo del Macintosh, Steve Jobs funa una nueva compañía: Next. Una vez más, él tiene la ambición de crear el ordenador del futuro, algo que nuevamente revolucionaría la micro-informática. Jobs comienza con cinco de los principales empleados de la compañía de Cupertino. La compañía responde intentando demandar a su fundador, acusándola de manipulación de información. El tiempo de los pioneros llegó al final.

Excel es lanzado el 30 de septiembre y es objeto de una creciente envergadura. Durante la mañana del 18 de octubre, se difunden anuncios en las radios de la mayor parte de las grandes ciudades estadounidenses. Microsoft seleccionó las estaciones que se dirigen a los auditorios del mundo de los negocios, y el sermón relacionado a Excel es seguido generalmente por un boletín de informaciones económicas. Las publicidades y artículos ditirámbicos que aparecen en las reseñas en las revistas de micro-informática, y en las del mundo de los negocios como Wall Street Journal o Venture, hacen el resto: Excel se vuelve un éxito inmediato.

La división de marketing se pone un objetivo moderado. Vender una copia de Excel cada vez que Lotus venda tres de Jazz. Rápidamente parece que el reporte está grandemente a favor de Microsoft. En abril de 1986, Future Computing presenta un primer resultado e indica que las ventas de Excel son dos veces mayores a las de Jazz. Kapor no oculta su decepción y decide volver a lanzar el integrado con una reducción de precio de 595 a 395 dólares. Pero el gusto por Excel parece irresistible. El 20 de octubre de 1986, el instituto de estudio Seybold da un veredicto voluntario: “Hace un año había una competencia en el mundo Macintosh para saber cuál sería la hoja de cálculo dominante: Lotus Jazz o Microsoft Excel. Ahora es claro que el combate cesó por falta de combatiente.” El texto agrega que Apple finalmente encontró su aplicación irresistible para el Mac: “Una vez que los hombres de negocios hayan visto que existe una hoja de cálculo poderosa para esta máquina, el Mac se volverá una compra potencial. Antes nadie visualizaba nada más que al PC IBM

Lanzado en 1987, Excel, con 160,000 copias vendidas, representa el 89% de las ventas de hojas de cálculo para el Macintosh. Jazz no atrae más que al 6% de usuarios y se contenta con diez mil unidades[48]. Microsoft se impone como el primer editor Macintosh con 50% de ventas de software para este micro-ordenador: Excel tiene el trono en la primera posición inmediatamente seguido por Word[49]. Bill Gates, Charles Simonyi, Jeff Raikes y compañía acarician el sueño de renovar la hegemonía sobre el territorio de compatibles con el PC IBM. Uno de los pilares de esta estrategia de conquista se llama Windows...