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19 – El divorcio de IBM

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"Unidos para lo mejor y lo peor...” ¿Qué compañía no pronunció nunca tales votos para con otra? La lógica capitalista está ausente de romanticismo; las alianzas son efímeras, tácticas e interesadas. ¿Cómo podrían serlo de otra manera? Todo fallo es sancionado sin piedad por la Bolsa y se traduce en una baja de las posesiones de la compañía y, por lo tanto, de su capacidad de invertir y desarrollarse. La situación se vuelve más compleja cuando el talón de Aquiles de una empresa proviene de una unión deteriorada. La gestión es más difícil aún cuando el socio indeseable es el que generosamente a dado su tiempo en la memorable luna de miel una decena de años más tarde .

Con el tiempo, la unión IBM-Microsoft terminó pareciéndose a la de una vieja pareja curiosa. El apuesto Bill Gates esposó a la ricachona anciana aristocrática Big Blue, la cual le dio las llaves para un reino dorado. La presencia del sistema operativo MS-DOS en los PC IBM le permitió al gigolo de Seattle acumular dólares por millones. Sí, pero vean: la unión se volvió insoportable, pues debido a su riqueza sesenta veces superior a la de Bill, la Señora creía tener todo permitido. ¡IBM quería imponer decisiones que sabía que eran pertinentemente erróneas y absurdas!

Desde 1989, Bill Gates estuvo claramente tentado con el divorcio. Es igual de probable que la idea haya construido insensiblemente su camino después de tantos años. Pero uno no se separa impunemente de la Big Blue. Son demasiados los intereses en juego. Constructores de compatibles del PC o de accesorios, editores de software, revistas especializadas, todos son partidarios de la imagen idílica proyectada por la pareja. A Bill le faltó el coraje y prefirió irse por una puerta de salida discreta, gradual y furtiva. ¿Tenía el opción alguna? Nada es seguro. Pero cuando llega el momento del divorcio, la compañía tendría miles de razones para sentirse ultrajada. En cuanto a los amigos de la familia, ellos tendrían el sentimiento de haber sido traicionados. Persuadidos de que Microsoft ejecuta sin refunfuñar los deseos de IBM, estos plasmaron naturalmente el camino de salida de esta. Y como IBM gritaba “OS/2”, ellos siguieron la ruta del OS/2 mientras que, en la discreción más grande, Bill se daba la vuelta deliberadamente hacia Windows...

Bill Gates sin embargo le advirtió a Bill Lowe, responsable de la división de los PC en IBM, de la ineptitud del diseño inicial de OS/2. El nuevo sistema operativo diseñado para reemplazar al MS-DOS fue concebido sin atención al sentido común. Lowe insistió en que el OS/2 funcionase con el i286, un microprocesador intermediario que Intel nunca destinó para los PC. Gates no se privó de explicarle a Lowe que el i286 era un “cerebro resquebrajado”. Él debió haber olvidado ese modelo y concentrarse en el nuevo microprocesador 32 bits de Intel: el i386. Su interlocutor rechazó secamente sus argumentos.

En 1985 en una de las discusiones que se tuvieron, IBM estuvo presa de tensiones contradictorias. La misión de Lowe, tan absurda como lo parece, era doble: ¡aumentar la parte del mercado de IBM en el dominio de los PC impidiendo a la vez que sus propias máquinas se volvieran demasiado poderosas!

¿La explicación de esa paradoja? La aventura del PC era resentida como un error fundamental para la dirección de IBM. Parecía estúpido haber dejado que se desarrollara un mercado de los micro-ordenadores compatibles del PC. Toda una horda de constructores sacó ventaja de la suerte para proponer sus modelos de competencia. Construir un PC era posible para cualquier fabricante que poseyera un taller al fondo de un patio trasero. Era suficiente el ensamblar piezas importadas de Taiwan e integrar dos elementos esenciales: un microprocesador Intel y el sistema operativo MS-DOS de Microsoft. Tal micro-ordenador podía vanagloriarse de la prestigiosa etiqueta “compatible IBM” sin que un solo céntimo aterrizara en la alcancía de la Big Blue. Además, como los gastos en las pequeñas estructuras eran mínimos, esos PC eran vendidos muchísimo menos caros que los originales, teniendo por consecuencia una erosión del mercado de IBM. De allí nace la necesidad urgente de recuperar el sector de los micro-ordenadores.

Pero el segundo objetivo era contradictorio. Como IBM vendía todo tipo de máquinas, desde las más pequeñas hasta las más grandes, esta debía evitar a toda cosa que las PC se volvieran demasiado poderosas. El microprocesador i386 de Intel, el mismo tan querido por Bill Gates, tenía una galla mayor a los ojos de Lowe. Los PC construidos a partir de tal motor de cálculo podían representar una amenaza para una de las ramas más floridas de la Big Blue: los mini-ordenadores.

La solución entre las molestias y angustias de IBM residía en una combinación sabia: nuevos micro-ordenadores, los PS/2, y un impresionante sistema operativo nuevo y multitarea, el OS/2. Y como fue decretado que el corazón de los PS/2 sería un i286 – la oveja negra para Bill Gates – resultó que el OS/2 debería ser desarrollado con el mismo microprocesador.

Bill Gates tuvo grandes discusiones y perdidas de aliento por la inanidad de tal elección, pero Lowe se mostró intransigente: era algo no negociable. Siendo poco deseable perder un contrato de desarrollo con IBM, Microsoft cedió. Para lo peor...

El desarrollo del OS/2 fue comenzado bajo la supervisión de IBM con equipos extraordinariamente numerosos: mil setecientos programadores en total trabajando en tres lugares diferentes. Los programadores de Microsoft involucrados en el proyecto descubrieron una realidad totalmente desconocida. En Seattle, si uno de ellos tenía una idea brillante, era suficiente caminar un par de pasillos para compartirla con el director del proyecto. De ser necesario, se le podía enviar un mensaje a Steve Ballmer o incluso al mismo Bill Gates. En algunas horas, la decisión de seguir adelante o no era tomada. En cambio, en Boca Ratón en los laboratorios de IBM, el proyecto OS/2 era dirigido de manera burocrática por una jerarquía de comités. La toma de una decisión podía tomar varios días o semanas, el tiempo que tomara a una proposición subir uno a uno los escalones de directores.

Para colmo, la predicción de Bill Gates resultó ser cruelmente correcta. El i286 de Intel era verdaderamente un procesador defectuoso no apto para soportar un sistema operativo multitarea. Tanto los programadores de IBM como los de Microsoft hicieron malabares: estos no lograban compensar los límites estructurales de ese motor con fallas. Publicado al final de 1987, el OS/2 fue recibido con indiferencia total.

Bill Gates sin embargo demostró ser un buen jugador y defendió al nuevo sistema con el argumento que dejaría que el tiempo pasara. Los usuarios sin duda alguna estarían tarde o temprano convencidos de las virtudes del OS/2. Por otra parte, los principales editores – Lotus, WordPerfect, Borland, Ashton-Tate y SPC, sin olvidar a Microsoft – declararon unánimemente que soportarían a ese sistema operativo multitarea con el desarrollo de software para OS/2. Pero mientras Gates luchaba elogiando un producto aparentemente invendible, un extraño fenómeno se produce. El éxito de la nueva hoja de cálculo Excel lleva consigo a Windows 2.0, el entorno gráfico querido con todo el corazón de Bill. No obstante, a pesar de los intentos repetidos de Gates, Lowe siempre rechazó ver a Windows como a una interfaz gráfica para el PS/2.

En pleno verano del año 1989, la llegada de James Cannavino a la dirección de la división PC de IBM, reemplazando a Bill Lowe, le da esperanzas a Gates. Dos años después de su salida inicial, el OS/2 no pudo lograr el efecto esperado. Windows, en cambio, se volvió una realidad con la que había que contar – Microsoft vendiendo cincuenta mil ejemplares al mes. Era tiempo para IBM de detener su menos precio para con Windows e integrar oficialmente ese accesorio gráfico del MS-DOS en su catálogo. Cannavino estaba convencido por su fogoso interlocutor.

Es en noviembre de 1989 en la conferencia Comdex de Las Vegas, al momento que a miles de kilómetros caía el Muro de Berlín, que Microsoft e IBM actuaron una versión moderna de “La Gran Ilusión”. En el transcurso de la cena que precedía la apertura de la conferencia, Gates y Cannavino tomaron la palabra frente a los treinta dirigentes principales de la edición de software. Declararon entonces que fueron llevados a atender los roles respectivos de Windows y OS/2. Cada uno tenía su razón de ser y, lejos de oponerse, estos se veían como complementos. IBM recomendó Windows para sus ordenadores de gama de entrada y reservó OS/2 para los PC más poderosos. Windows se veía presentado como una etapa intermediaria entre el presente (MS-DOS) y el futuro (OS/2). El comunicado de prensa en conjunto indicaba de manera explicita que las capacidades de Windows serían limitadas, y que el OS/2, la “plataforma a elegir de los años 90”, ofrecería un desempeño mejor.

Todo parecía ir para mejor en el mejor de los mundos. Sin embargo, la ceremonia del Comdex fue mal vista por los concurrentes mayores de Microsoft. Todos sin excepción contaban con la desaparición próxima de Windows. Todos ignoraron grandemente al entorno gráfico de Microsoft, cómodos con la actitud de rechazo categórico de Windows que tenía Bill Lowe, pero también por el discurso de Bill Gates, quien no dejaba de aclamar que, a su momento, el futuro de las PC tenía una sola palabra: OS/2. Todos gastaron millones de dólares para producir versiones de sus best-sellers respectivos: 1-2-3 para OS/2, WordPerfect para OS/2, dBase para OS/2... el hecho que IBM reconociera la validez incluso temporal de Windows contradecía los planes de la mayor parte de ellos, porque ni Lotus, ni WordPerfect, ni Ashton-Tate, ni Borland disponían de un solo software Windows en sus gamas. Por la primera vez, Jim Manzi de Lotus manifestó públicamente su cólera y dio a entender que sospechaba que Windows actuaba de manera desleal. Mientras Steve Ballmer intentaba calmar el juego, tras bambalinas varios empezarían a planear la constitución de un frente anti-Microsoft.

Hasta el invierno de 1989, Microsoft continuó soportando a IBM en la cruzada que consistía en persuadir a las empresas que deberían hacer la transición a OS/2. Fue entonces cuando la duda empezó a aparecer en el espíritu de Gates...

Ese fin de año, Bill efectúa su tradicional retiro de reflexión. Una nueva década iba a arrancar. Esta vería a la micro-informática explorar nuevos territorios con le desarrollo del multimedia, el cual aportaría el sonido y la animación al PC. Para empezar la expedición a las nuevas montañas, OS/2, el poco querido, aparece como una carga inútil a portar. Nathan Myhrvold, quien supervisaba los equipos de desarrollo, le confeso a Bill su desesperación frente a un sistema demasiado inestable. “Hice lo que pude. Pero llegamos a un punto en el que habría que aceptar la evidencia: OS/2 no funciona. Es tiempo de abandonarlo”. El mismo Gates no podía evitar pensar que la mediocridad del desempeño del OS/2 se debe a los errores de concepción que Bill Lowe le impuso decretando que tenía que soportar el microprocesador i286. Él sabía que sus programadores no eran la causa. Como la mala calidad del OS/2 salpicó sobre la imagen de las compañías, Bill insistió en que se llevara una auditoría con expertos independientes para comparar los méritos respectivos de los equipos de desarrollo. Resultó que el código realizado por Microsoft fue juzgado “correcto”, y en ciertos casos “brillante” o “remarcable”. Las porciones atribuidas a IBM fueron frecuentemente juzgadas “inútiles”, “lentas” o “inoportunas”. La perspectiva de estar liberado del trabajo en común en ese sistema mal hecho sería bastante atrayente.

Desde el punto de vista de Microsoft, la comparación entre el OS/2 y MS-DOS es espantosa. El primero monopoliza a cuarenta programadores de la compañía – lo cual representa un costo enorme de ingresos sin generar – mientras que el segundo continúa generando la mayoría de ingresos de la compañía. Por cada ejemplar del OS/2, Microsoft vendía doscientas copias del MS-DOS. ¿Por qué sostener a un “looser” cuando sería más coherente mejorar el MS-DOS? La solución parece clara: ¡habría que hacer evolucionar a Windows de manera que mostrase las capacidades del MS-DOS y, de esa manera, prolongar su reino!

Microsoft trabajaba desde 1987 en un versión 3.0 de Windows. De un día a otro, el proyecto se vuelve estratégico. Los programadores reciben como misión integrar en Windows 3.0 la mayor parte de los detalles del sistema de IBM. La leyenda dice que paralelamente los equipos de desarrollo involucrados en el OS/2 deliberadamente hicieron más lenta su cadencia...

En la primavera de 1990, el rumor de Windows 3.0 se amplifica. Los artículos realizados por los periodistas que tuvieron la oportunidad de probar una pre-versión de la interfaz gráfica son unánimes. Windows promete ser rápido, convivial, accesible para todos... Parece evidente que la nueva venida tendría un enorme éxito. En abril, tres responsables de marketing de Lotus se encuentran en un coctel en compañía de un Bill Gates que la embriaguez del alcohol había vuelto inusualmente prolijo. Cuando sus interlocutores le hacen bromas respecto a la hoja de cálculo 1-2-3 para OS/2, el cual según decían debería destrozar a Excel, Gates contraataca arriesgando dejarse llevar por las confesión. “¿Por qué razón debería Microsoft publicar la futura versión de OS/2 antes que Windows 3.0? Seis meses después de la salida de Windows 3.0 habremos adquirido una parte del mercado superior a las que OS/2 jamás podría obtener. Las aplicaciones desarrolladas para el OS/2 no tendrán ni ninguna oportunidad”. En la conversación, Gates declara que a IBM no le quedan más que diez años y que no tiene la intención de arrastrar a Microsoft en su caída. Los hombres de Lotus comparten voluntariamente ese momento de ebriedad con Bill. Pero una vez sobrios, estos se alarman por lo que escucharon. Un reporte detallado llega hasta la oficina de Jim Manzi, presidente de Lotus.

En público, Gates continúa soportando a OS/2. En el transcurso del lanzamiento de Windows 3.0 al final de mayo, él propone un análisis que sigue al pie de la letra la línea definida en el Comdex de noviembre con James Cannavino. “Windows 3.0 pertenece a la familia de sistemas de Microsoft. En esta gama, el sistema más poderosos es el OS/2. Su aspecto es el mismo que Windows, lo cual facilita la coexistencia de los dos sistemas en una misma empresa. OS/2 necesita un material más importante, pero a cambio ofrece un multitareas confiable, una gestión de ficheros más sofisticada y otras características que los desarrolladores supieron aprovechar. Los usuarios de Windows y de OS/2 pueden cohabitar.” La demostración parece límpida. Pero unos minutos más tarde, con una sonrisa de Bugs Bunny, Gates agrega una precisión: “Creo que Windows será instalado en la mayoría de los PC de aquí a dos años”. No pudo haber anunciado con mayor claridad sus intenciones.

Desde su publicación, el éxito de Windows 3.0 es estupefaciente – este se vuelve inmediatamente el número uno de ventas de software en todas las categorías, sobrepasando a WordPerfect y a 1-2-3. La mayor parte de los grandes constructores lo pre-instalan en sus nuevos modelos, instituyendo así de manera indiscutible el nuevo estándar para los PC de los años 90.

Del lado de los editores de software, el pánico es general. El despegue de Windows es una bendición para Microsoft, la cual ve incrementar las ventas de Excel y del nuevo procesador de texto Word para Windows sin rastros de ninguna competencia. En Lotus, la cual acababa de publicar 1-2-3 para OS/2, los ejecutivos constatan con pavor que venderían muy poco su nuevo software – la falla de ventas del OS/2 es horrenda comparada con Windows. WordPerfect, el cual estaba a punto de terminar la versión para OS/2 de su procesador de texto, anula inmediatamente el proyecto y transfiere a sus programadores rápidamente a la escritura de una versión Windows. Philippe Kahn, presidente de Borland, descubre que sus preocupaciones se volvieron realidad: “Todos rechazamos a Windows por el miedo de ver a Microsoft tomar el control del sistema operativo de los PC” explica Kahn. Dos años más tarde en un épico debate, el mismo hombre que públicamente rechazó a Windows y que declaró “¡Borland nunca hará ventanas!” (“Borland will never do Windows”). A eso Gates le remarcó pérfidamente que mientras Windows se precipitaba: “¡solo te harán falta limpia parabrisas!”. La metáfora acidulada ese día se parece idénticamente al presente.

Para IBM, un problema más grave se divisa en el horizonte: ¡varias grandes empresas que preveían una migración al OS/2 optan por Windows! Mientras Microsoft se vuelve el primer editor de software a pasar la cima de los mil millones de dólares, el gigante de Armonk observa impotente a su socio absorber un mercado que esperaba acaparar. Y como una copia de un documento de los hombres de Lotus aterrizaría en la oficina de James Cannavino, el fin de la luna de miel con IBM es inevitable.

¿Pero cómo pueden separarse dos compañías que tienen un destino tan íntimamente ligado? Nada puede ser ganado con un afrontamiento abierto. Después de varios meses, la estrategia de los dos titanes parece confusa. Cada rumor de escición es de rápidamente desmentido por una declaración oficial.

La primera toma de posición oficial es presentada en septiembre por un comunicado de prensa calmante. Los socios explican a quien quiere escucharlos que, a pesar de las apariencias, todo va para mejor. Prueba de eso es que las dos compañías apoyan la renovación de los acuerdos de desarrollo del OS/2. Sin embargo, las señales precursoras del ruido aparecen. El texto dice que las dos compañías están de acuerdo “con compartir responsabilidades y un intercambio de licencias”. En la práctica, IBM retoma lo esencial del desarrollo del OS/2 bajo su tutela. Esta busca realizar – más vale tarde que nunca – una versión que aproveche el poder del procesador 32 bits de Intel i386 y i486. Microsoft es confiando entonces con el desarrollo de una versión especial de OS/2 adaptable a otros microprocesadores similares a los de Intel. Se llega a el nuevo acuerdo que cada compañía tendría acceso al trabajo del otro. IBM dispondría del código de Windows en sus laboratorios de Boca Ratón y Microsoft el de OS/2.

Pero el éxito de Windows incentivaría a Bill Gates a que su discurso se volviera más agresivo. Al final del año 1990, tres millones de ejemplares habían sido ya difundidos – ¡algo nunca antes visto! En el transcurso de una conferencia de desarrolladores, Bill indica que “la estrategia de Microsoft para los años 90 reposa prioritariamente en Windows”. Gates muestra abiertamente su intención de elaborar una solución que tuviese características superiores a las de OS/2. Varios ejecutivos de IBM presentes en esa reunión ponen cara de sorpresa al rango de tal reorientación. En paralelo, los artículos publicados en la prensa especializada le echan aceite al fuego afirmando que Microsoft tiene la intención de abandonar OS/2 – en Redmond, ciento sesenta programadores involucrados en trabajar en ese sistema fueron transferidos a los equipos de Windows. La respuesta de IBM es progresista: la Big Blue desarrollaría una versión 2.0 del OS/2 que integraría a un “Windows mejor que Windows”. Steve Ballmer declaró que IBM estaba sacando su arma de guerra.

La Big Blue no está sola en la inquietud por el exorbitante progreso de Microsoft. Apple queda de igual manera sorprendido. Frente a las olas de la marea de Windows, John Sculley, presidente de Apple, estima que la hora de aliarse con otros constructores ha llegado. Él visualiza primeramente un encuentro con Sun, constructor californiano de estaciones de trabajo. En primavera de 1991, Sculley y McNealy, presidente de Sun, se encuentran repetidas veces para estudiar las modalidades de tal unión. Pero cuando una alianza parece estar a punto de concretizarse, el presidente de Apple cambia de idea. El distanciamiento de los lazos con Microsoft parece de buen augurio para iniciar una amistad con IBM.

Al mismo momento, Bill Gates toma una iniciativa particularmente mal percibida con IBM, la cual se llama ACE. Con estas siglas figura un consorcio formado por Microsoft, Compaq, DEC, Olivetti y varias decenas de otros constructores. El objetivo de ACE consiste simplemente en definir una plataforma material que ayudase al éxito del PC. El sistema operativo con el cual se ponen de acuerdo en ACE no es más que una versión avanzada de Windows. El OS/2 parecía haberse vuelto la menor preocupación de Gates.

Con la mayor discreción, una reunión se organiza en Cupertino en las oficinas de Apple. Frente a los ojos atónitos de ocho responsables técnicos de IBM, John Sculley efectúa una demostración impresionante: ¡un PS/2 que tiene una interfaz gráfica en todo aspecto similar a la del Macintosh! El presidente de Apple invita a los hombres de azul a formar una alianza histórica. Sculley le explica que se dio cuenta que Apple solo podía sobrevivir a largo plazo adaptando la interfaz gráfica de Macintosh en otros materiales. Su rival es entonces el mismo que IBM: el omnipresente Windows de Microsoft. Las discusiones continúan en la mayor confidencialidad en el transcurso de las siguientes semanas. Para conservar una total confidencialidad de las transacciones, los oficiales de Apple se registran con nombres falsos en los hoteles cuidadosamente seleccionados para encontrarse con sus homólogos de IBM.

Por otro lado, una enorme campaña de marketing es iniciada por IBM para elogiar las ventajas del futuro OS/2 2.0. Cuarenta millones de dólares son invertidos en la promoción del nuevo sistema con una salida prevista en noviembre.

El slogan es grandiosamente grandilocuente: “Un mejor DOS que DOS, un mejor Windows que Windows, un mejor OS/2 que OS/2”.

Se planea que el futuro OS/2 contenga todos los sistemas que le precedieron – incluyéndose a sí mismo – y bonificar a cada uno de estos. Al jactarse de ofrecer tales características en la futura versión de su sistema, IBM se muestra sorprendentemente seguro. En público, Akers, presidente de IBM, avala los beneficios de OS/2 2.0 con la conexión de su puesto al éxito de ese sistema. Sin embargo, internamente los resultados parecen catastróficos: cerca de 850 millones de dólares son invertidos en el desarrollo de un sistema que no generó ni una centena de millones en ingresos.

Si existía la menor duda sobre el deterioro de las relaciones entre Microsoft e IBM, esta se disipa al inicio del verano. Varias revistas de micro-informática publican extractos de un documento informativo. Se trata de un documento confidencial redactado por Gates el 16 de mayo, después de una semana de reflexión, y enviado a los veinte principales responsables de su compañía. No se sabe por que razón copas del proyecto llegaron a las oficinas de varios redactores en jefe. Algunos hablarían de un golpe planead salvajemente. Una cosa es segura: el documento establece de manera clara cuál es la disposición de espíritu de Gates frente a IBM.

El blanco principal del panfleto no es nada más que el OS/2 2.0. Gates indica que es necesario “atacar” al sistema de IBM por todos los medios.

"Nuestra prioridad más alta consiste en hacer que Windows se vuelva el sistema ganador."

El explica que si Microsoft lo logra estaría liberada de los problemas relacionados con IBM: “un sistema con un terrible desempeño y de pésima concepción que lleva a una sobrecarga de trabajo desmesurada”.

Agrega que habría que golpear rápido y duro, pues los clientes que podrían ser seducidos por OS/2 podrían quedar irremediablemente perdidos para Microsoft. Luego el presidente se muestra más severo, acusando a IBM de querer servirse de OS/2 para favorecer sus propias máquinas.

"¿Por qué IBM está dispuesta a perder tanto dinero en un sistema operativo? Por que esta planea remodelar al OS/2 para adaptarlo específicamente a sus PS/2".

El documento tiene como efecto el desencadenamiento de un golpe generalizado de editorialistas. Gates se vuelve el tema de artículos virulentos. William Zachman, un célebre cronista de PC Week, usualmente conocido por su oposición a IBM, lo compara abiertamente a Saddam Hussein.

"La historia del hijo que se rebela trágicamente contra el padre es más vieja que la misma humanidad. Esta aparece tanto en la mitología y la literatura como en la vida. ¿Acaso asistimos a un evento de la misma naturaleza en este caso particular?".

El símbolo más influyente de la ruptura llega en julio de 1991, cuando IBM y Apple dan a conocer su alianza. Al final de junio, cuando el rumor se confirma, los comentadores tuvieron pena de que esto fuese así. Todo parece separar a las dos compañías. Una simboliza a la informática cool y creativa en jeans y camiseta, la otra el mundo de las grandes empresas con un enfoque más conservador. A la negociación solo le falta una campana que resuene. En su reporte a la dirección de IBM, James Cannavino deplora que Apple se muestra tan exigente. Pero John Akers le responde algo inequivoco:

¡Vuelvan a ver a Apple y lleguen a un acuerdo cueste lo que cueste!"

El pacto oficializado en julio hace nacer a varias filiales comunes, de las cuales una, Taligent, desarrollaría un nuevo sistema operativo bautizado como Pink.

Un solo elemento liga todavía a Microsoft con OS/2: el editor de Seattle debe desarrollar una versión de ese sistema portátil para otros microprocesadores diferentes a Intel. Pero Microsoft da su golpe de gracia informando a la prensa que ese proyecto fue rebautizado como Windows NT (Nueve Tecnología). Gates afirma que “Windows es de ahora en adelante considerado como un sistema con todas las de la ley”. Liberado de las coerciones impuestas por su ex-socio, el editor de Seattle lanza una estrategia bien planeada. Windows sería capaz de reconocer la escritura manuscrita e integrar lo multimedia (el sonido y la imagen). Este sería igualmente adaptado para sistemas de teléfono numéricos y televisiones de alta definición.

El enfado es ahora total entre los socios de antaño. Steve Ballmer presenta la escición un día insidioso: “Hubiésemos efectuado una actualización del OS/2 si IBM se hubiese mostrado un poco más cooperativa”. Lee Reiswig, quien supervisa el desarrollo del OS/2 2.0 se declara consternado por esa actitud: “Microsoft no respeto los acuerdos iniciales”. Gates contesta la reivindicación de IBM con que la compañía logró difundir seiscientas mil copias de OS/2. Puesto que la Big Blue se vanaglorió, esta debe de pagarle a Microsoft los royalties correspondientes a ese volumen – el monto llega a los cinco millones de dólares. El constructor se absolvería de toda culpa.

En el transcurso de una demostración efectuada al final la lista de virtudes del OS/2, IBM denigra a Windows mostrando públicamente lo fácil que es hacer que el entorno se “cuelgue”. La réplica no tarda mucho: Gates, irritado, convoca a varios analistas del mercado bursátil para demostrarles de igual manera lo fácil que es hacer que OS/2 se cuelgue.

La imposición de Windows se traduce en una expansión acelerada de Microsoft. Los resultados publicados de su año fiscal terminado el 31 de junio de 1991 son claros: 1.8 mil millones de dólares, es decir un crecimiento del cincuenta por ciento. La filial francesa pasó la barra de los mil millones de francos. En agosto, la acción alcanza su precio más elevado, engendrando análisis ditirámbicos de inversores financieros, quienes hablan de un desempeño récord. La acción roza los 90 dólares y Windows 3.0 se acerca a los siete millones de copias vendidas. Este está presente como estándar en 40% de los PC vendidos.

La impresionante salud de Microsoft contrasta con el desempeño de los actores principales de la informática. El resultado del año 91 sería sombrío para la mayor parte de estos, incluyendo editores, distribuidores, constructores de micro-ordenadores y de grandes sistemas. La competencia despiadada provocó caídas de precio que redujeron los márgenes de manera increíble. DEC y Compaq, anteriormente consentidos por los analistas bursátiles por su crecimiento ininterrumpido, muestran resultados negativos. Incluso IBM es golpeada por la ola y, por primera vez en su existencia, se encuentra en déficit con una perdida de 2.8 mil millones de dólares.

En el transcurso de febrero de 1992, Microsoft asegura la formación de más de ocho mil distribuidores, consultores y revendedores en su nueva versión de Windows – numerada 3.1 – y lleva a cabo la más grande operación logística de la historia de la micro-informática. Ciento siete semirremolques y quince Boeing 747 Cargo quedan encargados de transportar doscientos mil productos. Windows 3.1 termina provocando una escasez de disquetes: este monopoliza nueve millones por sí solo. Cuando Microsoft anuncia su disponibilidad el 18 de marzo, las pre-órdenes se elevan a 1.25 millones de ejemplares: la nueva llegada comienza ya a batir récords.

Al mismo tiempo, un plan desatado por el irascible John Akers prevé la reducción de la burocracia en IBM dividiendo la compañía en varias unidades independientes. Esto incluye el despido de treinta mil empleados, una decisión que deja a varios de sus ejecutivos en estado de shock: la compañía tenía como principio el evitar usar ese tipo de recursos.

El comentario de Gates respecto a la crisis que atraviesa la Big Blue es claro: “IBM despidió a más de la gente que empleamos en este momento, y sus perdidas sobrepasan nuestro volumen de negocios”.