Oigamos al compañero

Compañeros: vamos a dejarnos de subjetivismos subjetivistas, que el hecho de que las críticas se hagan al Ministerio de la Construcción no significa que sean críticas constructivas. Aquí hay que estar claros, porque podemos caer en posiciones acomodaticias. ¿Para quiénes son los habitáculos que construimos? ¿Para aristócratas? No, estos apartamentos los van a habitar revolucionarios, y un revolucionario no se pone a objetar que si el desnivel aquel o la grieta tal. Si creemos que todo el que venga a vivir acá va a protestar por nimiedades, estaríamos subestimando a nuestros compatriotas. Ciudadanos que han sabido soportar todo lo que les ha caído encima, ¿cómo no van a tolerar que se les desplome una insignificante meseta de cocina? Hombres y mujeres que han aguantado horas y horas bajo la lluvia, en una trinchera, esperando al enemigo, ¿cómo van a molestarse por que una minúscula gotera caiga ininterrumpidamente sobre la cama matrimonial? ¡Tenemos que poner los pies en la tierra, compañeros, que la cosa está fea y esta Batalla de Ideas28 no admite extremismos ni actitudes pequeñoburguesas!