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Memoriza el principio PENAM

¿Alguna vez te has preguntado cómo has llegado a ser la persona que eres?

¿Alguna vez has pensado en cómo se desarrollaron las cosas para dar lugar a quien eres hoy? (Por cierto, no hay nadie en el mundo exactamente igual que tú).

Mi respuesta puede condensarse en un acrónimo de cinco letras: PENAM.

Sí, esa es mi respuesta.

Tus creencias fundamentales, tus comportamientos básicos, tus hábitos diarios y tu forma de ser los originaron y crearon las cinco fuerzas que representa el acrónimo PENAM.

La «P» corresponde a tus padres. Lo más probable es que tuvieran buenas intenciones, claro, pero lo cierto es que también te transmitieron su programación defectuosa. Hicieron lo que pudieron basándose en lo que sabían y en lo que les enseñaron sus padres. Si tenían problemas de dinero e ideas limitadas sobre la abundancia económica, tú también las adoptaste (porque un niño asume el pensamiento y copia inconscientemente el comportamiento de quienes lo cuidan, que le enseñan cómo funciona el mundo). Si tus padres creían que la vida siempre es trágica, que la mayoría de las personas son malas y que los seres humanos no pueden controlar lo que acontece, tú aceptaste estas creencias y asumiste estos hábitos. Y los has puesto en práctica tantas veces que se han convertido en tus verdades y en tu realidad, aunque fueran erróneos.

La «E» corresponde a tu entorno. Tu ecosistema tiene una influencia impresionante en la manera en que te muestras cada día. Permite entradas mediocres en tu órbita personal, como programas de televisión violentos, noticias tóxicas y mensajes de influencers narcisistas, y con el tiempo estas fuerzas degradarán tu positividad, tu rendimiento y tu alegría. Además, el entorno en el que creciste durante los años de formación que dieron forma a tu identidad ha tenido un enorme impacto en la persona que eres ahora en el mundo.

La «N» corresponde a nación. Si creciste en una zona de guerra o en un país que sufre inestabilidad social, esto afectará mucho a tu forma de ver las cosas. Si eres de una nación próspera, estable y segura, esto también crea una lente a través de la cual procesas lo que es posible para ti. Y en quién puedes convertirte en el futuro.

La «A» corresponde a tus asociaciones. Con quién pases el tiempo tiene un efecto enorme en tu forma de pensar, sentir y actuar. Tu círculo de amistades, por ejemplo, es un fuerte indicador de tus ingresos, tu estilo de vida y la huella que dejes. Establece relaciones con reinas del drama y reyes del caos, y con el tiempo estas influencias te afectarán profundamente.

La «M» corresponde a los medios. Cada día, vivas donde vivas, recibes un torrente constante de hipnosis y seducción de muchos medios. En él podríamos incluir anuncios pensados para inducirte a comprar productos, sugerencias sobre qué valores son importantes y consejos sutiles sobre cómo deberías vivir para encajar en el molde. Todo esto, con el tiempo, infecta tu identidad e influye en tu manera de interactuar con las oportunidades.

PENAM. Estas letras explican cómo te has convertido en quien eres. Piensa en ellas. Coméntalas con un amigo. Y medita sobre ellas en soledad. Porque a medida que eres más consciente de las cinco fuerzas que te han dado forma, aumenta tu autodominio. Y se incrementa tu capacidad de tomar mejores decisiones, que, sin duda, generarán resultados más espectaculares.