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Para ganar un millón, ayuda a un millón
Una serie de cambios aumentarán en buena medida el flujo de dinero en tu vida…
• contar tu historia para reescribir tu destino;
• pasar del entretenimiento constante a la formación permanente;
• pasar de estar siempre ocupado a producir de forma lenta, centrada y enriquecedora;
• pasar de competir con otros a superar a tu antiguo yo.
Pero cuando se trata de generar riqueza económica, pocos cambios son tan potentes como ser menos consumidor y más creador. Bernard Arnault, una de las personas más ricas del mundo, dijo: «El dinero solo es una consecuencia. No te preocupes por la rentabilidad. Haz bien tu trabajo. Mejora la vida de los demás. La rentabilidad llegará».
Para decírtelo con mayor claridad: todo creador de imperios fabrica cosas que consume la mayoría. (Te sugiero que lo leas dos veces).
Cuanto mayor sea el problema que resuelvas, a más personas ayudarás. Y, como sabes, el dinero es la recompensa por el valor y la magia aportados al mercado. Para ganar un millón, sirve a un millón. Para convertirte en multimillonario, ayuda a muchos millones de personas.
Y eso exige que te olvides de las redes sociales, dejes de ver vídeos de poco valor y hagas algo que importe.
Menos consumo. Menos comprar todo objeto que nos atraiga. Menos llenar nuestra casa y nuestros armarios de cosas que en realidad no necesitamos y que nunca nos han gustado. Y en su lugar crear, construir y generar algo a partir de tus valientes ideas, tu talento innato y tu impresionante esfuerzo.
Por eso puedes optar por ver el aumento de tu riqueza económica como una búsqueda espiritual. Servir sinceramente a otros seres humanos con maestría, ingenio y excelencia les enriquece la vida, te muestra tus talentos y dones ocultos, reduce los problemas del mundo (mediante las innovaciones), te da sentido y aumenta tu libertad económica. ¡Es perfecto!
Quizá estas palabras de Steve Jobs sean una buena manera de cerrar esta parte del libro dedicada a la quinta forma de riqueza. Dijo: «No me interesa ser la persona más rica del cementerio. Lo que me interesa es meterme en la cama cada noche diciéndome que hemos hecho algo maravilloso».