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Establece una alianza intelectual

Uno de los métodos que me ha funcionado de maravilla es tener una alianza intelectual. Se trata de un grupo de dos o más personas que se reúnen con frecuencia para compartir sus avances en proyectos importantes, animarse mutuamente a seguir avanzando, ofrecer soluciones a problemas desafiantes y mantener conversaciones interesantes que impulsan el crecimiento que hace que sus días sean mejores.

Durante años, todos los viernes a las seis de la mañana me reunía con mi compañero intelectual en una cafetería para charlar durante un par de horas. A veces nos regalábamos libros que nos gustaban y comentábamos nuestros planes de aprender cosas nuevas, estar en mejor forma física, lanzar nuevos proyectos creativos o iniciar nuevas búsquedas espirituales.

En esas sesiones nos reíamos, nos contábamos historias y, cuando pasábamos por un periodo difícil, incluso llorábamos. Llegué a considerar un tesoro esas reuniones de los viernes por la mañana con mi compañero intelectual (después pasábamos de la cafetería a un bosque, donde charlábamos paseando por los senderos). Me encantaba lo que aprendía, agradezco mucho el estímulo que recibía y aún recuerdo lo bien que me hacían sentir esos momentos de conversación con un espíritu afín que veía el mundo como yo.

Establece una alianza intelectual. Dentro de un año desearás haberla empezado hoy, así que ¿por qué no empezarla hoy?