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El karma no es místico, sino práctico
El dicho «Deja que el karma haga el trabajo sucio y que el éxito sea tu venganza» es poderoso y práctico. (No es que me interese lo más mínimo la venganza; qué pérdida de atención, energía y tiempo).
Llevo en el mundo el tiempo suficiente para saber que a las personas que hacen cosas buenas les suceden cosas buenas. Y que las personas que tratan mal a los demás acaban encontrando circunstancias no tan buenas. (Por cierto, todo individuo que te haya hecho daño tarde o temprano se sentirá avergonzado, culpable o triste por ello, créeme).
En cualquier caso, el universo tiene un sistema de contabilidad bien ordenado, así que juega siempre limpio, sé honesto y trata a todos y cada uno de los seres humanos de tu entorno con el respeto que merecen. Muestra amabilidad y generosidad, y eso es lo que obtendrás a cambio. Para recibir respeto debes ofrecerlo, ¿verdad?
Entre las formas prácticas (y sencillas) de hacer que las maravillas del karma trabajen a tu favor para incorporar la riqueza de la comunidad en tu vida, te propongo:
• Da buenas propinas al personal de limpieza de habitaciones de los hoteles. Son padres o madres de personas, y su trabajo no es fácil.
• En el centro comercial, después de comer deja la bandeja donde se supone que debes dejarla tras haberla vaciado.
• Si estás dando un paseo por la naturaleza y ves basura, recógela. Nunca pierdas la oportunidad de mostrar liderazgo personal y una integridad poco frecuente.
• Devuelve todo lo que pidas prestado (ya sea un libro, un jersey, dinero o un favor). Tu reputación no tiene precio.
• Cuando dejes el coche en un aparcamiento público (si conduces), coloca el vehículo de forma que otros puedan aparcar al lado (en los últimos tiempos veo muchos coches ocupando dos o tres plazas).
• Sé el primero en pedir perdón si has cometido un error, porque es mejor ser feliz en todas tus relaciones que hacerlo todo bien.
Sí, trata a los demás como te gustaría que te trataran a ti. «Hemos aprendido de memoria la regla de oro; ahora hagámosla realidad», señaló el poeta estadounidense Edwin Markham. En cuanto lo hagas (con constancia, que es la madre de la maestría), el oro que es una red de relaciones profunda, amplia y maravillosa brillará como una estrella fugaz en la más clara noche de verano.