La séptima forma de riqueza

Aventura / Breve resumen

Demasiadas buenas personas viven el mismo año ochenta veces y lo llaman vida. Se levantan por la mañana de la misma manera, piensan lo mismo, les consumen las mismas preocupaciones, caminan por los mismos lugares, comen la misma comida y ven las mismas caras. No estamos hechos para vivir así, sino para la aventura, como nuestros antepasados. La aventura es una de tus mayores oportunidades para llevar una vida más rica.

Añadir sorpresas a tus días, ya sea viajando a lugares que no conoces o simplemente leyendo un libro que te transporte a otros territorios, haciendo una ruta diferente para ir al trabajo o adoptando una nueva rutina, es un valor de gran belleza. Incorporar asombro, sorpresa y emoción a tus momentos es una decisión sabia que los convertirá en recuerdos que atesorarás para siempre. Los buenos recuerdos son más valiosos que el dinero, ¿sabes?

Sí, compañero que no dejas de crecer en este viaje hacia el verdadero éxito y la auténtica prosperidad, llevar una vida llena de búsquedas apasionadas y exploraciones entusiastas es en gran medida una forma de riqueza. Estamos más despiertos cuando exploramos y avanzamos, viajamos y somos osados. Estamos más cerca de lo mejor de nosotros mismos cuando vivimos con audacia en lugar de con cautela. «No es la muerte lo que debemos temer, sino no haber vivido nunca de verdad», dijo Marco Aurelio, el ilustre emperador romano.

Nuestra sociedad da más valor a poseer cosas que a acumular experiencias, pero ¿de qué sirve tener un montón de posesiones, armarios llenos de objetos y una casa enorme si hipotecas tu felicidad en la búsqueda equivocada de cosas materiales?

Te digo con humildad que no estabas destinado a vivir de forma complaciente. Como seres humanos, estamos hechos para ser nómadas y pioneros. Procedes de un largo linaje de personas que ascendieron elevadas montañas, descubrieron vastos océanos y cambiaron la comodidad de la seguridad por la incertidumbre que a veces es necesaria para poder disfrutar de una vida extremadamente viva. Poner tus pasiones personales por delante de tus posesiones físicas te garantizará que no acabes siendo rico en el mundo, pero pobre a nivel espiritual.

Esta forma de riqueza por la que estoy a punto de guiarte tiene mucho que ver con devolver la curiosidad, la fascinación y el sentido de la magia a tus horas, e inundar tus días con experiencias más enriquecedoras y ocasiones extraordinarias para que no llegues al final de tu existencia y te des cuenta de que no has vivido en profundidad.

Bueno. Cada vez me queda menos tiempo de tutoría contigo. Te echaré de menos cuando termine. En cualquier caso, no perdamos ni un segundo más y vayamos directos a la séptima forma de riqueza: la aventura.