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La persona que más lee, gana
Acumular libros más allá de la esperanza de vida.
Sí. Una confesión no culpable: esta es mi hermosa enfermedad.
Compro más libros de los que podré leer. Y me da la sensación de que tú eres igual.
Verás, leer un libro es mantener una conversación con el autor. Y una conversación adecuada puede orientar tu vida en una dirección completamente nueva. Solo necesitas una nueva idea para revolucionar tu mundo, ¿verdad?
Y si encuentras el libro adecuado en el momento adecuado, el escritor te contagia su polvo de estrellas.
Y la mano que al final deja el libro es una mano diferente.
Cuando era niño, mi padre me decía: «Deja de comprar cosas. No comas tanto. Pero lee más libros».
En cierta ocasión, un líder estatal que asistió a uno de mis eventos de liderazgo en Oriente Medio me dijo:
—Robin, comemos tres veces al día para alimentarnos. Yo leo tres veces al día para llegar a ser sabio.
—¿Cuándo lees? —le pregunté.
—¿Cuándo no leo? —me contestó.
¿Mi casa? Llena de libros.
Sobre creatividad
Sobre longevidad
Sobre productividad
Sobre historia
Sobre psicología
Sobre negocios
Sobre economía
Sobre comunicación
Sobre vitalidad
Sobre formación del carácter
Sobre metafísica.
Las pilas de sabiduría que me rodean me reconfortan. Hacen que me sienta seguro en un mundo a veces cruel pero sobre todo extraordinario. Me hablan de la promesa de días mejores y de la gloria que aguarda a quienes aspiran a ella.
Sigo buscando ese libro que rompa del todo mis limitaciones, resuelva mis conflictos internos y me eleve a nuevas alturas de dominio personal y libertad espiritual. Y aunque, teniendo en cuenta mi edad, es muy probable que no lea todos los libros que he comprado, legaré (bonita palabra, ¿verdad?) mi biblioteca a mis hijos. Será mi herencia.
Leer a diario aumenta tu base de conocimientos y te permite trascender situaciones difíciles, cometer menos errores y predecir el futuro. (En especial si estudias historia; Mark Twain dijo: «La historia no se repite, pero a menudo rima»). En un mundo que quiere que pienses, actúes y seas como la mayoría, leer con voracidad te convierte en una persona que piensa por sí misma. ¿Cuánto valor tiene para ti?
Y todos y cada uno de los días de mi vida sigo la Regla de Lectura 45/15: leo durante (al menos) cuarenta y cinco minutos (aunque a menudo es una hora) y después resumo durante quince minutos en mi cuaderno lo que he aprendido para entender los conceptos con más profundidad y aplicarlos en mi vida. Las ideas sin ejecución se convierten en ilusiones.
Así que, mi querido ratón de biblioteca…
En un mundo consumido por la invasión digital y la diversión trivial y adictiva, reaviva tu gran historia de amor con los libros. (Lo mejor son los textos escritos, pero los audiolibros también funcionan de maravilla). Pasa un buen rato cada día entre las páginas y las ideas de célebres pensadores que te recordarán lo que es posible. Y renueva tu relación con tu curiosidad oculta.
Porque la persona que más lee, gana.