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Encuentra una causa más grande que tú

El psicólogo Abraham Maslow es famoso por su jerarquía de las necesidades humanas. Por si no lo has visto, el esquema parece una pirámide. En la base están las necesidades más básicas de los seres humanos, que él llama «necesidades fisiológicas» (como comida y refugio). Maslow dijo que, una vez satisfechas, podemos ir ascendiendo para satisfacer los siguientes niveles: nuestras necesidades de «seguridad» (seguridad personal, trabajo, salud y prosperidad), después nuestras necesidades de «amor y pertenencia», y a continuación las necesidades de «estima», que tienen que ver con el respeto por uno mismo y el deseo de reconocimiento y estatus.

En la cima del popular esquema está la «autorrealización». La idea es que cuando ya hemos satisfecho todas las necesidades inferiores, adquirimos la fuerza, la seguridad y la armadura personal para llevar a cabo la elevada e importante labor de convertirnos en lo que estamos destinados a ser. Para hacer realidad nuestro potencial. Para vivir nuestros dones. Para materializar nuestro talento primordial.

Lo fascinante es que, justo antes de morir, Maslow decidió añadir otro nivel por encima de la autorrealización, en la cima de la pirámide. Lo llamó «autotrascendencia».

En otras palabras, después de haber vivido una vida plena se dio cuenta de que el mayor anhelo de todos los que habitamos el planeta es existir por algo más grande que nosotros. Por una misión que trascienda nuestras necesidades egocéntricas. Por una llamada que deje a todos los que conocemos mejor que cuando los encontramos, y por una causa que suponga algún tipo de aportación. Sí, como seres humanos estamos programados para servir. Y al hacerlo, por poco que sea, nos iluminamos y ofrecemos luz al mundo.

Demasiados de nosotros no reflexionamos sobre nuestra meta principal y nuestro objetivo fundamental hasta que ha pasado demasiado tiempo para hacer algo al respecto. Mi sincera esperanza es que nunca permitas que esto te suceda.