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El corazón es más sabio que la cabeza
Estamos en una batalla continua: entre nuestro yo egoico y nuestro yo heroico. Entre nuestro derecho innato a la libertad y la programación del miedo instalada de fábrica. Entre las instrucciones que nuestro buen corazón nos envía constantemente (aunque en voz baja) y las implacables sugerencias que nos ladra nuestra ruidosa mente.
Tu yo egoico no es tu verdadero yo. Es la parte de ti que se ha creado a medida que has avanzado por la vida y las influencias que te rodean te han dicho cómo pensar, qué decir y cómo vivir. Es la parte de ti que se ha formado a partir de las heridas que has sufrido, las decepciones que has soportado y los reveses que no has sabido convertir en fortalezas. Tu ego es tu lado oscuro. Es desconfiado, miedoso y a veces egoísta. Y trabaja casi a diario para sabotearte e impedir que seas tu mejor versión.
¿Tu yo heroico? Bueno, ese es tu verdadero yo. Es rico en imaginación, conocimiento, fuerza y amor. Sabe lo que debes hacer en toda situación para beneficio de todos los involucrados (no solo de ti), está convencido de tu grandeza innata y es más invencible de lo que nuestro pensamiento inferior jamás pueda imaginar. Y esta parte brillante de ti entiende que todos los deseos de tu corazón son los deseos de tu corazón porque están personalizados solo para ti, así que tienes la capacidad de hacerlos realidad.
Supongo que lo que quiero decir es que, aunque no sea «normal» confiar en lo que te dice el corazón en esta era de las máquinas, deberías hacerlo. Es mucho más sabio que lo que te vende la razón. Sería bueno empezar a hacerle más caso.