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Inicia una revolución del amor

Si estás de buen humor, listo para escucharme y dispuesto a hacer algo que creo que elevará tu sensación de vivir con un propósito apasionado, te pido un favor: inicia un movimiento por el amor. Sí, un movimiento. Da el primer paso.

La marcha de la sal de Mahatma Gandhi, que creció hasta convertirse en un levantamiento de millones de personas que desempeñó un papel importantísimo en la liberación no violenta de su nación de la dominación extranjera, empezó con él dando un paso. Solo. Se unió una segunda persona, después varias más, después decenas de hermanos y hermanas de su país, después miles y al final todo el mundo se involucró en su sueño, que en un principio era una locura.

Rosa Parks se negó a ir a la parte trasera del autobús público, designada para personas de piel más oscura durante los tristes días de la segregación racial. El conductor le dijo a la costurera que la denunciaría si no seguía las instrucciones. «Hazlo», le contestó ella en tono tranquilo y con profunda dignidad. Su rebeldía dio lugar a un boicot a los autobuses, que desembocó en marchas y protestas que desencadenaron el movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos.

Quiero que empieces tu revolución. ¡Sí, lo quiero! Una revolución basada en el amor. (El virtuoso guitarrista Jimi Hendrix dijo: «Cuando el poder del amor supere el amor al poder, el mundo conocerá la paz»). Y en cuanto a recordar a los demás que sean más atentos, respetuosos, educados, alegres e infinitamente indulgentes, empieza poco a poco. Avanza dando pequeños pasos. Haz algún gesto simbólico para atraer a más seguidores. Y no te detengas hasta haber cumplido tu misión de cambiar el mundo.