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Celebra tu funeral en vida

Es un desperdicio que hablen de tus convicciones, tus logros y tu valor después de muerto.

Estarás a dos metros bajo tierra o serás un montón de cenizas en una urna encima de una chimenea, así que no podrás escuchar los homenajes.

¿La solución que te sugiero? Celebrar tu funeral en vida. Sí. No estoy bromeando. Un funeral en vida.

Programa una hora. Envía las invitaciones. Compra el pastel (mejor de chocolate). Podrías ponerle margaritas frescas (por extraño que te parezca).

Cuéntales a tus seres queridos tu experimento. Que quieres vivir como si estuvieras muriéndote. Que te entusiasma existir de manera más vívida, creativa y entusiasta, y que quieres celebrar este ritual para recordar que la vida pasa en un abrir y cerrar de ojos.

Hazles saber a tus seres queridos que quieres fingir que has muerto para recordar la vida en toda su frágil gloria y su delicado esplendor.

Después explícales que quieres reunir a las personas que más te importan para escuchar qué piensan que es lo mejor de ti. Para decirles lo que sientes por ellos. Para hablarles de las lecciones que has aprendido, las dificultades que has soportado y los triunfos de los que has disfrutado. Para hablar de amor y de lo mucho que significan para ti las personas reunidas, y para agradecerles a cada una de ellas las bendiciones que te han brindado.

Pienso en una historia que estudié mientras escribía El monje que vendió su Ferrari, hace muchos años. Había una vez un gran marajá que llevaba a cabo una práctica matutina de lo más curiosa: representaba su propio funeral completo, con música y flores. Y todo el tiempo cantaba: «He vivido de forma rica y apasionada, maravillosa y servicial».

Cuando le pregunté a mi querido padre por qué ese hombre repetía esta rutina cada amanecer, mi padre me contestó con una sabia sonrisa: «Muy fácil, Robin. Ese hombre ha desarrollado un ritual para recordarse a sí mismo al inicio de cada día que podría ser el último. El marajá ha creado ese método para conectar con su mortalidad. Y para recordar que ese día podría ser el último, y así vivirlo con plenitud y en sus propios términos».

Sí. Celebra tu funeral en vida. Podría ser el día de tu nuevo nacimiento.