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Quienes te hacen daño te ayudan
Escribo este artículo en la espartana sala de escritura de mi casa de campo. La ventana está abierta, el aire de comienzos de la primavera llena el espacio y oigo ladrar a un par de perros pastores a lo lejos. Un gallo canta demasiado alto para mi serenidad. Los olivos están preciosos y el sol de la mañana ilumina los viñedos mientras me bebo una sencilla taza de expreso (una de las pequeñas maravillas por las que me encanta despertarme).
Bueno, hablemos de las personas que te han hecho daño, que te han engañado, han abusado de ti y te han traicionado. Las personas que han defraudado tu confianza, te han convertido en menos amable y quizá incluso te han vuelto un poco cínico, criticón y cerrado.
Creo que aparecieron en tu vida por alguna razón.
Verás, las personas que te causan dolor en realidad pueden ser las mismas que te muestran tu poder. Y si así lo decides, el sufrimiento que te han causado puede convertirse en una puerta de entrada a fortalezas que no sabías que tenías antes de que te hicieran daño.
Neale Donald Walsch, el autor de Conversaciones con Dios, escribió un breve libro para niños que me ha ayudado muchísimo. Se titula La pequeña alma y el sol.
En pocas palabras, trata de dos almas que se encuentran…antes de convertirse en seres humanos.
Puede parecerte una extravagancia, y si te resulta extraño, lo entiendo muy bien. Pero a mí me parece bastante posible. El hecho de que no creamos en algo (o de que no entendamos un concepto novedoso que distorsiona nuestra realidad) no significa que sea falso, ¿verdad?
El caso es que las dos almas tuvieron una conversación sobre una promesa. La pequeña alma le dijo al alma amiga que quería conocer hasta qué punto era especial, poderosa y sabia (como te ocurre a ti). Y entonces la segunda alma le respondió que la ayudaría haciéndole algo malo durante su vida. La pequeña alma le preguntó a su amiga por qué estaba dispuesta a perder su gloria natural para hacer algo dañino, y esta le contestó: «Porque te quiero».
Después las dos almas se convirtieron en seres humanos. Y, en efecto, el alma amiga, que quería que la pequeña alma experimentara su grandeza aprendiendo a querer (cuando era más difícil querer), a perdonar (cuando era más difícil perdonar) y a ser noble (cuando ser noble no resultaba nada fácil), puso en grandes aprietos a la pequeña alma.
Y la pequeña alma ejerció su carácter especial aprendiendo a perdonar a la otra alma su mala acción, porque sabía que la había hecho por amor, para ayudarla a recordar lo que era de verdad.
Te cuento esta maravillosa parábola porque quizá, solo quizá, refleje la realidad. ¿Y si tu pasado no es una cárcel en la que quedarse encerrado, sino una escuela en la que aprender? ¿Y si cada persona que te ha hecho daño de alguna manera (mintiéndote, traicionándote, atacándote o portándose mal contigo) lo hubiera hecho para ayudarte?
Para sacarte de una vida cómoda sin crecimiento personal y empujarte hacia una vida mucho más rica en la que, al enfrentarte a las dificultades, descubras las grandes virtudes de los mejores seres humanos. Virtudes como la sabiduría, la tolerancia, la paciencia, la resiliencia, la perseverancia, el perdón y el amor. Para ayudarte a que te conviertas en el creador, guerrero, líder, héroe y ser humano verdaderamente rico que tu destino desea que seas.