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Date un baño en el bosque

Vale, quizá no literalmente (aunque si quieres, me parece bien). Una práctica muy popular en Japón es el shinrin-yoku, que significa «baño de bosque». Investigaciones científicas han confirmado que pasear por el bosque reduce de forma significativa la tensión arterial, el cansancio, la ansiedad, la depresión y la confusión cognitiva.

Salir a caminar por la naturaleza también reduce la hormona del estrés, el cortisol, y aumenta los niveles de felicidad. Esta rutina es excelente no solo para tu salud mental, física y emocional, sino también para tu vigor espiritual. Cerca de la tierra, entre árboles, respirando aire puro y estando alejado de nuestro ruidoso mundo, volverás a conectar con tu parte más elevada. La que conoce las respuestas a tus preguntas más profundas, tiene la sabiduría para guiarte hacia tus mejores decisiones y está conectada con toda la vida en sí.

Pasear por la naturaleza es también una de mis prácticas favoritas para estimular la creatividad. La célebre escritora inglesa Virginia Woolf paseaba a diario. El famoso científico Charles Darwin dio tres paseos diarios de cuarenta y cinco minutos durante la mayor parte de su vida. Vincent van Gogh dijo: «Intenta caminar todo lo que puedas y no pierdas el amor a la naturaleza».

Te recomiendo que, antes de empezar tu jornada laboral, des un paseo de quince minutos cerca de árboles, plantas y flores. Este protocolo cambiará las reglas del juego en cuanto a tu capacidad de concentración, el alcance de tu energía y tu productividad general.

Los seres humanos estamos hechos para vivir en la naturaleza. Y esta comunión no solo optimizará tu bienestar, sino que aportará a tu vida mucho más entusiasmo, fascinación y belleza. ¿Y no sería saludable?