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Ejercita tu bienestar espiritual

Me alegro mucho de que en nuestra cultura se entienda cada vez más que la salud óptima no consiste solo en estar en buena forma física. Tener un cuerpo vital no vale nada sin vigor mental y una vida emocional sana.

Pero me gustaría que el concepto «bienestar espiritual» resultara menos misterioso y místico para la mayoría de las personas. En mi trabajo con financieros exitosos, empresarios famosos y deportistas icónicos, uno de los modelos de aprendizaje con los que empezamos es el esquema de «los cuatro imperios interiores», que muestra que la salud óptima y satisfactoria exige que hagas ejercicio y mejores en cuatro ámbitos importantes: mental (tu psicología), corazón (tu afectividad), cuerpo (tu estado físico) y alma (tu espiritualidad). Sin dedicación para mejorar en cada uno de estos ámbitos del bienestar, nunca podrás alcanzar tu vida más rica y hermosa.

El alma no tiene nada que ver con la religión. En absoluto. Entrenar el alma implica profundizar tu relación con tu yo más sabio, esa parte de ti que sabe lo que es bueno para ti, que se mantiene fuerte y airosa en periodos de problemas. Esa parte de ti que entiende que no utilizar tus dones y talentos naturales es disminuir el mundo (porque nos perdemos lo que tu genio produciría). Esa parte de ti que da, no que recibe. Que es un héroe, no una víctima.

Recarga tu espíritu tomándote tiempo para estar solo con más frecuencia. Busca tiempo para sentarte en silencio al menos un par de veces por semana, aunque mejor durante un rato profundo todos los días. Camina por el bosque para renovar tu yo mejor y más elevado. Ora si lo deseas, lee libros sabios si quieres y recuerda no alejarte de una persona necesitada sin haber hecho lo posible por aliviar su dolor. Cuantas más personas ayudes, más se expandirá tu alma.

Hemos llegado al final de la parte sobre la segunda forma de riqueza, pero quiero animarte a no descuidar tu vida espiritual en tu búsqueda de una salud óptima. Un alma bien cuidada te será muy útil para llevar una vida de auténtica riqueza.