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Crea una cuenta del amor
¿Qué pequeñas acciones puedes llevar a cabo hoy para profundizar tus vínculos con las personas a las que más valoras? ¿Qué actos de bondad y de belleza puedes ofrecerle a alguien para que su día sea un poco mejor? Lo paradójico de ser más compasivo es que el mero acto de dar a los demás hace que te sientas mejor. Y aumenta en mucho tu tercera forma de riqueza.
Para que practiques ser más cariñoso, crea una cuenta del amor. Haz varios depósitos en esta reserva tan especial con una pequeña acción que aporte alegría a la vida de un ser querido. Comprarle a tu pareja flores sin motivo concreto, enviarle a tu mejor amigo un ejemplar de tu libro favorito (¡más te vale que sea El Club de las 5 de la mañana!) o pararte a decirles a tus hijos sin rodeos lo que sientes por ellos son buenos puntos de partida. (Tengo como ritual abrazar a mis hijos cada vez que los veo y cada vez que se van. Quién sabe lo que puede pasar mañana).
Estos pequeños depósitos diarios en la cuenta del amor te darán mucha más felicidad que una caja fuerte llena de joyas. Y asegúrate de que tu autoestima sea siempre mayor que tu patrimonio neto (aunque, por supuesto, la libertad económica es importante para tener una vida rica, y en otra parte del libro te ofreceré unas herramientas transformadoras para que puedas alcanzarla). Como con tanta elocuencia dijo Ralph Waldo Emerson: «Sin un corazón rico, la riqueza es un mendigo feo».