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Haz tu proyecto X

El Taj Mahal. «Nessun dorma» de Pavarotti. Una comida en Cal Xim, en el Penedès. El nacimiento de Venus del pintor Sandro Botticelli. El sistema secreto de comunicación inventado por Hedy Lamarr. El diseño de la corriente eléctrica alterna de Nikola Tesla. «Bohemian Rhapsody» del grupo de rock Queen. La Acrópolis de Atenas y el Coliseo de Roma.

Todas las obras maestras dan testimonio del ingenio (y la experiencia) de seres humanos que defienden las posibilidades y la excelencia en una época de creciente prosaísmo. (¿Cuándo fue la última vez que viste magia a tu alrededor?).

Recuerdo cuando llevé a mi madre a la Galleria dell’Accademia de Florencia. Nunca olvidaré su cara al entrar en la sala principal y ver el David de Miguel Ángel. Se quedó encantada con la belleza, la exquisita factura y las dimensiones de la obra maestra.

Lo único que te sugiero es que te conviertas en uno de esos productores extraordinarios y poco comunes que se niegan a perseguir toda oportunidad brillante que se les presenta y tienen la disciplina (y el coraje) de centrarse en una sola obra que cuando se refina, se ajusta, se pule, se optimiza y casi se perfecciona (aunque lleve mucho tiempo conseguir algo tan hermoso) deja al mundo boquiabierto.

Cada uno de nosotros tiene dentro una obra maestra. Una empresa grande y gloriosa que, al pensar en ella, nos llena de emoción, fascinación y la sensación de que nuestra vida importa.

Sí, lleva a cabo tu proyecto X.

Tu torre Eiffel. Tu Mona Lisa. Tu teoría de la relatividad. Tu penicilina. Tu Concorde. Tu Empire State. Tu Guernica. Tu Titanic. (Vale, quizá lo último no sea la mejor idea, pero ya me entiendes).

Siento que somos cada vez más amigos. Y los amigos son sinceros entre sí, por eso debo decirte lo siguiente: Nada es más doloroso que llegar al final de tu vida con tu singularidad petrificada dentro de ti.

Para vivir tu vida más rica debes hacer un examen de conciencia (¡ahora!) y empezar el proceso de descubrir la única empresa que, aunque tardes toda una vida en completar, será tu monumento a la mejor creatividad, la mayor productividad y la poesía absoluta que tienes dentro. No cien proyectos, ni cincuenta, ni veinte. No. ¿Cuál es la única iniciativa que tu corazón lleva tiempo diciéndote que debes poner en marcha para honrar tu grandeza interior?

Y en cuanto la descubras, empieza de inmediato.