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Los primeros borradores siempre son malos

Ernest Hemingway dijo algo que me ha ayudado mucho como artista que siempre trabaja para mejorar lo que hace: «El primer borrador de cualquier cosa es una mierda».

No me gusta decir palabrotas, pero tengo que citar con exactitud lo que escribió. Y es de suma importancia que entendamos lo que quería decir.

Cuando trabajo en un libro, me apresuro a terminar el manuscrito inicial. No me preocupo demasiado por la ortografía, por la técnica ni por encontrar el ajuste perfecto de las palabras. Solo me esfuerzo por plasmar las ideas principales.

De este modo me da la sensación de que el trabajo ya está casi hecho, aunque solo estoy en el principio. Psicológicamente me hace sentir que ya he terminado el trabajo pesado, aunque no es así. Después, en los siguientes borradores, elimino, reelaboro, corrijo y pulo el texto (una y otra y otra vez).

En Pájaro a pájaro, la escritora Anne Lamott cuenta la historia del consejo que su padre le dio a su hermano, al que le estaba costando terminar un proyecto sobre pájaros. Hazlo «pájaro a pájaro», le recomendó. Bonito consejo.

Lamott también dijo que los primeros borradores siempre son malos. Recuérdalo. Termina rápidamente la primera versión de tu proyecto X. Te dará impulso y la sensación de que la mayor parte del trabajo pesado ya está hecho. Después retómalo página a página, pincelada a pincelada o pájaro a pájaro. Ya me entiendes.

En cada nuevo borrador, añade y elimina. Mejora e insiste. Sigue haciendo pequeños cambios que conviertan un trabajo prosaico en magistral. Hasta que llegues al mejor resultado que tienes dentro de ti y puedas enviarlo a un universo que anhela tu magia.