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Deja de copiar a tus héroes
«No me importa que me hayan robado la idea. Me importa que no tengan ninguna propia», dijo en cierta ocasión Nikola Tesla, el inventor que cambió el mundo. Por cierto, sus ideas y creaciones merecen mucho más reconocimiento del que reciben hoy en día. Como era mejor pensador que promotor, otros menos brillantes que él se han hecho más famosos.
En cualquier caso, en lo que me encantaría que pensaras a medida que aumentas tu creatividad, mejoras tu productividad y ajustas tu trabajo para dar más cabida a la cuarta forma de riqueza en tu vida es en el poco frecuente despliegue de originalidad.
Aquí tienes una máxima importante que debes tatuarte en el cerebro: Puedes copiar a tus héroes o puedes influir en tu sector, pero nunca podrás hacer ambas cosas.
A menudo las personas copian por escasez de recursos. Tienen miedo porque creen que no poseen suficiente creatividad para destacar, así que toman el camino más fácil y roban las ideas de los demás. O están tan desconectadas de la imaginación y el talento que residen en su interior que pasan por alto las instrucciones que les da su musa.
Otro concepto clave: el mercado recompensa la entrega de magia original. (Deja de leer y escribe esta frase en tu diario varias veces para que cale más hondo en tu entendimiento).
Tesla y Gaga. Da Vinci y Jobs. Ali y Jordan. Dickinson y Einstein. Todos tienen algo en común: aportaron un nuevo valor a su área de influencia. En lugar de seguir a la manada, pensar como la mayoría y encajar de forma pasiva, destacaron, llegaron a ser muy buenos en su trabajo y después compartieron su maestría con los demás.
Ah, y en cuanto empieces a ofrecer originalidad, innovación e invenciones asombrosas en tu campo, debes confiar en que el mercado responderá con lo que en mi metodología llamo «las tres recompensas de la maestría»:
Recompensa 1: Ingresos. Inspira, deleita y sirve a más personas, y recibirás un sueldo mayor, porque el dinero es una consecuencia de los problemas resueltos y de la ayuda brindada.
Recompensa 2: Influencia. Cuanto más te centres y tengas la sabiduría y la capacidad de ejecución para sacar a la luz tu talento natural, más personas valorarán y aplaudirán tu experiencia. Lo que te proporciona la segunda recompensa de la maestría: el poder. Y la influencia.
Recompensa 3: Libertad. Sí, el tercer regalo que obtendrás al convertirte en un virtuoso es la libertad que fluye a medida que tus ingresos aumentan y tu influencia se expande. Podrás hacer lo que quieras, con quien quieras y cuando quieras.
¿La idea principal con la que debes quedarte antes de que te deje y me ponga a cocinar pasta con albahaca fresca, tomates maduros de nuestro huerto y un aceite de oliva tan maravilloso que me da ganas de subirme a un árbol y cantar? Deja de copiar a tus héroes. Nadie en el mundo puede crear y funcionar exactamente como tú. Así que, en lugar de trabajar duro para ser la segunda mejor versión de una persona a la que admiras, te recomiendo con todo el cariño que inviertas tus mejores horas de trabajo en convertirte en la mejor visión de ti mismo.