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Aplica la regla de los sesenta segundos contra la procrastinación
Cambiemos de tema respecto del último capítulo. Todos los triunfadores tienen un comportamiento en común: no se limitan a tener grandes sueños, sino que también hacen lo necesario para cumplirlos.
Entienden que las ideas sin ejecución son ilusiones. Y que la más pequeña de las acciones es siempre mucho mejor que la más grande de las intenciones. Con esta forma de actuar demuestran su compromiso con el trabajo y que se toman en serio la maestría.
Así que te animo a lo siguiente: Nunca abandones una idea espectacular sin hacer algo (cualquier cosa) por convertirla en realidad.
Repite este mantra una y otra vez: «Lo haré ahora». Lo que dices da forma a lo que producirás en el mundo. Y después, cuando surja una inspiración valiente y audaz, actúa con rapidez (en sesenta segundos) para avanzar, por poco que sea. Así vencerás la procrastinación. Y seguirás siempre adelante.
«Mientras uno no se compromete, duda, piensa en retroceder y no es eficaz. En todos los actos de iniciativa y creación hay una verdad elemental cuya ignorancia acaba con innumerables ideas y planes espléndidos: que en el momento en que uno se compromete definitivamente, la providencia también actúa», dijo el alpinista William Hutchison Murray.
Supongo que lo que pretendía enseñarnos es que estar ocupado no es lo mismo que ser productivo, y que moverse no es lo mismo que avanzar.
Y que nada sucede hasta que empezamos.