Algo muy extraño está ocurriendo en India. Puede verse cada mañana. En ciudades de todo el país se puede ver grupos de personas reunidas en parques de pie, riéndose de nada en particular. De hecho, se trata de los llamados clubes de la risa y, desde 1995, cuando empezó en India el movimiento por la risa, se han creado más de seis mil. Los clubes de la risa están activos en sesenta países diferentes. En teoría se basan en la suposición de que el acto de reír hace sentirse mejor a las personas —no hay diferencia entre la risa espontánea y la provocada— y estimula la circulación sanguínea.
Aquellos que creen que la risa es la mejor medicina pueden tener razón. Pero aunque hay muchas personas convencidas de que la risa tiene efectos beneficiosos, ha sido difícil poner a prueba esta creencia empleando métodos científicos tradicionales. Ése ha sido también durante mucho tiempo el problema a la hora de aportar pruebas científicas de que prácticas médicas no convencionales, como el yoga, la acupuntura, la meditación, la quelación e incluso la plegaria intercesora (rezar por otras personas distantes geográficamente) tienen propiedades terapéuticas.
No hay duda de que decenas de millones de personas obtienen consuelo de estas prácticas y que ese sentimiento puede muy bien traducirse en bienestar. Lo cierto es que ni siquiera hemos empezado a entender el poder de la conexión cuerpo-mente. En casi todos los estudios clínicos, por ejemplo, un pequeño porcentaje de los sujetos que reciben placebo responden al mismo como si estuvieran tomando el fármaco que está siendo testado. No existe una razón científica que explique esto. Así que aunque literalmente miles de millones de personas están convencidas de que estos enfoques alternativos pueden tener un enfoque positivo en nuestra salud, las pruebas científicas resultan incompletas y, en algunos casos, desconcertantes. ¿Qué debemos hacer para tener una buena relación cuerpo-mente? ¿Y cómo es posible discernir entre quienes dicen la verdad y quienes sólo quieren nuestro dinero? No es cosa de risa.