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Lo quiero y lo quiero ahora
¡Corre, escóndete, hazte la muerta (o cualquier otra idea
brillante) para controlar las ansias de determinada comida
que a la mayoría de nosotros nos sobrevienen cuando
estamos a dieta!
Si tu apetencia por determinada comida es realmente fuerte, hasta el punto de que recorrerías 10 Km. para comprar lo que te apetece, entonces, ¡tienes un antojo!
En el pasado, los antojos representaban carencias nutricionales. Algunos expertos, especialmente los que poseen formación en medicina alternativa, así lo sostienen. Pienso que, cuanto menos, resulta curioso que invariablemente los antojos impliquen algo dulce y engordante, y nunca un apetitoso plato de espinacas. Pero de lo que no hay duda es de que los antojos están relacionados con lo que ocurre en tu cuerpo. Este punto es aún más cierto en las mujeres y está relacionado con sus procesos hormonales. Muchas mujeres experimentan antojos justo antes de la menstruación. También es usual tenerlos cuando estás embarazada. (En mis embarazos, no paraba de comer alubias estofadas, lo cual no resultaba muy glamuroso.) Los hombres suelen tener menos antojos que las mujeres; y los mayores de 65 años menos que los más jóvenes. Esto es debido a que el apetito se va perdiendo con la edad y a que sentidos como el olfato y el gusto se van debilitando con el paso del tiempo.
Una buena idea
El té verde puede acelerar tu metabolismo. Si bebes cuatro o cinco tazas al día puedes quemar en torno a 70 calorías más ¡haciendo algo tan simple! Beber té verde puede hacerte perder unos 3 kilos en un año. Corre, ¡pon la tetera al fuego!
La mala noticia es que la gente que está intentando perder peso experimenta numerosos antojos. La mayoría de los mismos son debidos a factores psicológicos. ¿Recuerda cuando eras niña y te prohibían hacer alguna cosa?, ¿a que lo que más deseabas hacer era justo lo que te habían prohibido? Con las dietas pasa lo mismo. El privarte de algo puede hacer que desees con todas tus fuerzas aquello que te has prohibido a ti misma comer.
Las dietas que son muy restrictivas llegan a ser aburridas y la comida que se prohíbe pasa a ser sumamente atractiva. Por el contrario, una dieta saludable que te permite perder peso a largo plazo, basada en comer equilibradamente y controlar las cantidades, no origina tantos antojos porque no existen privaciones reales. Nunca llegarás a estar «desesperadamente hambrienta» si comes sensatamente. De esta forma, podrás reprimir y controlar tus antojos y esa hamburguesa doble con queso y patatas fritas seguirá estando en el «burguer» de la esquina en vez de en tus caderas.
Si un antojo comienza a acercarse a ti como ese conocido al que no has invitado y que no se da cuenta de que no deseas su compañía, prueba uno de estos tres trucos:
Consigue un sustituto «light»:
Si tienes un antojo de chocolate, prueba con un vaso de cacao soluble con leche desnatada. Puedes rallarle un par de pastillas de chocolate encima. Si el objeto de tus sueños es un helado, compra una versión baja en grasas o sustitúyelo por un sorbete.
Otra idea más
El ejercicio te ayuda a controlar tu apetito. Si no eres un fan de los gimnasios lee la IDEA 35 Ponte en forma sin salir de casa, donde te sugiero otro enfoque.
Presta atención al tamaño de la porción:
Compra una versión reducida de tu antojo favorito. ¡Como si se tratara de una ración o porción infantil! Así no podrás pasarte. Prueba a servirte una ración pequeña de aquello que ansías, siéntate y concéntrate en disfrutarlo realmente. En cuanto lo hayas terminado, dedícate a otra actividad que te absorba por completo.
Date el antojo y no te machaques a ti misma:
Denegarte algo puede terminar en un atracón cargado de culpa.
También sería bueno que observaras si tus antojos siguen un patrón. Por ejemplo, si se producen a determinadas horas del día. Intenta descubrir cómo te sientes en esos momentos. Cuanto más sepas de tus hábitos alimenticios, más fácil te será entenderlos y poder controlar aquéllos que interfieren en la pérdida de peso.
La frase
«La comida es como el sexo. Cuando no tienes, incluso el de la peor clase parece bueno».
BETH MCCOLLISTER
¿Cuál es tu duda?
P ¿Por qué mi antojo por el dulce se intensifica cuando estoy premenstrual?
R La mayoría de las mujeres lo experimentan. Nuestro cuerpo requiere un aporte extra de calorías justo antes de la menstruación. El truco es mejorar el equilibrio de nuestra dieta. Por ejemplo con algún suplemento vitamínico con zinc y aceite de prímula. No te lo niegues a ti misma, pero ten cuidado con los atracones. Emplea maniobras para distraerte; por ejemplo, puede ser el momento del mes en que te mimes. Un masaje puede ayudarte a sentirte mejor y disminuir la hinchazón mejorando los síntomas del síndrome premenstrual. También te ayudará a dejar de pensar en comer durante un rato.
P ¿Existe alguna manera de «entrenarme» para no tener antojos al igual que entrenas a un cachorro para no hacer ciertas cosas?
R Puedes intentar entrenarte de la siguiente forma. Haz una lista de las seis comidas que más se te suelan antojar por orden de importancia. Escoge la que menos puntuación tenga y llévala en el bolso durante todo el día. Al final del día tírala o dásela a alguien. Sigue ascendiendo en la lista para probarte a ti mismo que puedes controlar tus antojos. Algunas personas lo pasan muy mal con esta técnica, incluso no consiguen eliminar o controlar el antojo. Probablemente te servirá, en cualquier caso, para aprender un poco más de estos urgentes antojos: por qué, cuándo y cómo.