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Y cómo no, hablemos de sexo
Hay mucho que decir sobre la relación entre el amor y el
adelgazamiento. Vamos, no seas tímida. Todo el mundo lo
hace. Vamos a hablar del sexo como ejercicio. Si es que,
¡encima es saludable!
Aunque muchas veces te parezca lo contrario cuando estás intentando adelgazar, no has de privarte de todo lo bueno de la vida. El sexo adelgaza. No hay duda.
Aunque en ocasiones preferirías una tableta de chocolate al sexo, es hora de empezar a pensar en el sexo como un aliado perfecto a la hora de adelgazar. ¿Cómo hacerlo? El enamorarse es la máxima inspiración posible para el ser humano. Te ves y te sientes bien, feliz y el subidón de confianza es inenarrable. Todo esto constituye la base perfecta sobre la que edificar el plan de pérdida de peso, ya que estás motivada como nunca. ¿Y el sexo? Quema calorías, debería hacerte sentir bien y… bueno y todo eso. Por tanto, vamos a deslizarnos a un sofá cómodo, vamos a poner un poco de música romántica y a charlar un rato.
Una buena idea
Prueba un masaje sensual con aromaterapia para poneros en situación. Añade cinco gotas de tu aceite de esencias favorito a 20 ml de aceite de girasol o de almendras. Los aceites de camomila, de rosas y de lavanda son buenos relajantes. Si viertes unas pocas gotas de aceite de enebro o de ciprés, ¡dicen que también ayuda a reducir la celulitis!
EL AMOR Y EL SEXO. LECCIÓN1
El sexo pone la autoestima por las nubes. Está claro que si estás intentando perder peso, es que eres consciente de que la apariencia de tu cuerpo es mejorable y eso puede provocar que te sientas cortada ante tu pareja al tener relaciones sexuales. Pero es esencial que aprendas a «dejarte llevar». Prácticamente todos los estudios han demostrado que los hombres no saben lo que es la celulitis, y que las mujeres se ven más atraídas por la personalidad que por la apariencia (bueno, la apariencia es el segundo factor más importante). La clave está en tratar de no obsesionarse con la parte de tu cuerpo que no te gusta. Y cuando tu pareja te halague, incluso si es simplemente para regalarte los oídos, acéptalo, créelo y disfruta. Si te sientes más cómoda con la luz apagada, pues apágala, o enciende unas velas. A la luz de las velas, todo el mundo parece Richard Burton y Elizabeth Taylor, Brad y Jen, o Shrek y la Princesa Fiona. Bueno, sabes lo que quiero decir. Las velas hacen que todo el mundo parezca guapo. Y si sientes la necesidad de cubrirte con algo, un salto de cama sexy, un corsé (o un uniforme de enfermera) no falla a la hora de impresionar. Aunque no hay nada más sexy que salir de la ducha con una toalla alrededor de la cintura, el pelo algo húmedo y el cuerpo ligeramente untado de un aceite aromático, unas gotas de Eau Sauvage… ¡Dios mío!, me estoy dejando llevar.
La frase
«Me gustaría conocer al hombre que inventó el sexo y ver en lo que está trabajando ahora».
ANÓNIMO
EL AMOR Y EL SEXO. LECCIÓN2
El sexo ayuda a ganarle la batalla a la gordura. De acuerdo con un estudio realizado en los EE.UU., si haces el amor tres veces a la semana, quemarás aproximadamente 7.500 calorías al año. Esta cantidad es similar a la consumida al correr 120 kilómetros. No está mal, ¿eh? Por supuesto, tienes que participar activamente. No basta con tumbarse sin más. Aunque eso sí, incluso besar quema algunas calorías extras. El sexo también libera endorfinas, que son las sustancias químicas que te hacen sentir tan bien cuando terminas de hacer ejercicio; además, también te relaja, lo cual es muy bueno, ya que hay un vínculo demostrado entre el estrés y las enfermedades cardiacas (y el ganar peso).
Otra idea más
Si te gusta el tema, aprovecha el tirón y mira la IDEA 16, Una clase magistral de metabolismo.
EL AMOR Y EL SEXO. LECCIÓN3
El sexo ayuda a dormir. Y dormir es bueno, siempre que no te quedes dormido en mitad de una sesión de sexo. Se ha demostrado la relación entre la falta de sueño y el aumento del picoteo y el deseo imperioso de ingerir comidas que proporcionan energía inmediata (que son altas en calorías).
EL AMOR Y EL SEXO. LECCIÓN4
El sexo te hace aparentar ser más joven y te ayuda a mantener la salud. La reducción de estrés y el incremento de riego sanguíneo que provoca una actividad sexual frecuente, te hacen parecer más joven. Mejora tu sistema inmunológico y puede ayudarte a reducir los niveles de colesterol. Cuanto más joven te sientas, más te apetecerá el sexo. Y, por supuesto, el sexo es un buen modo de afianzar tus relaciones, de sentirse querida, mimada y respetada, lo cual potencia tu autoestima y te hace creer que todo es posible, incluso perder peso. Como ves, todo está relacionado.
La frase
«Estar profundamente enamorado de alguien te da fuerza, mientras que amar a alguien profundamente, te da coraje».
LAO TZU
¿Cuál es tu duda?
P Estoy muy ocupada. No tengo tiempo para romanticismos. ¿Qué puedo hacer?
R Prueba a hacer algo especial que te saque de la monotonía. Reserva una noche en un hotel cercano, prepara un romántico picnic enfrente de la chimenea o a la luz de las velas en el salón, tómate un día libre y vete a dar un paseo por el campo (o por la playa si la tienes cerca), o simplemente charla un rato sobre cualquier cosa que no tenga relación con el trabajo ni con la casa. Dedica también un rato a escuchar a tu pareja, aunque por dentro pienses que has escuchado los mismos chistes y quejas más de un millón de veces.
P ¿Hay alguna comida afrodisiaca que no arruine mi dieta?
R Dicen que el aroma de las almendras aumenta la pasión en las mujeres. Tampoco pasa nada si se comen unas pocas. Los romanos le daban garbanzos a los sementales para aumentar su actividad sexual, y parece que también funciona en los hombres. Rociar un poco de nuez moscada por el cuerpo puede merecer la pena (durante siglos, las mujeres chinas lo han usado como afrodisiaco). También se cree que el jengibre, el chile, el cinamomo y el clavo aumentan el flujo sanguíneo y nos hace sentirnos más ligeras, dos cosas que pueden aumentar el deseo sexual (o simplemente provocar que salgas al balcón a respirar profundamente). Un filete magro es rico en vitaminas B, en cinc y en hierro, los cuales pueden afectar a las hormonas sexuales y a la lívido. Y siempre se puede recurrir a las ostras, que son muy ricas en cinc. Incluso el acto de tragárselas puede ser muy erótico.