45
¿Es posible que seas diabético?
La incidencia de la diabetes aumenta día a día. Es posible
que la padezcas sin enterarte. Vamos a ver lo que puedes
hacer con la dieta y con la actividad física si éste es tu caso.
La diabetes es una enfermedad crónica y que no tiene cura. Además puede presentar algunas complicaciones como la ceguera, los fallos renales, la apoplejía y problemas en el sistema nervioso.
La diabetes no es una enfermedad nueva (en el siglo XVII la llamaban la «enfermedad del pis»), pero sí está aumentando día a día. Hay dos tipos de diabetes. El Tipo 1 es más normal entre los niños y entre los adultos jóvenes, y se trata con insulina y con una dieta muy estricta. El Tipo 2 el que es cada vez se da más debido a que está relacionado con la obesidad y con la falta de ejercicio físico. Hay otros factores de riesgo que no podemos controlar como la herencia genética, el simple hecho de envejecer y la raza (parecen tener más riesgos los asiáticos y los caribeños de color). Comer muchos dulces, en contra de la creencia popular, no es causa de diabetes… pero ayuda a ganar peso, lo cual sí es un factor de riesgo importante. De hecho, el 80% de las personas con diabetes de Tipo 2 tienen sobrepeso. Cuanto más gorda y falta de forma estés, más posibilidades tienes de contraer una diabetes de este tipo.
Una buena idea
¿Cómo puedes introducir cinco piezas de frutas o de verduras en tu dieta diaria? Intenta tomar una pieza de fruta en el desayuno, otra después de comer (o como tentempié a media tarde); toma una ensalada en la comida o en la cena y un par de verduras más (no patatas) con la otra comida.
La diabetes de Tipo 2 suele darse más en la mediana edad, pero está afectando cada vez a personas más jóvenes. Son personas que no producen suficiente insulina o cuya insulina no trabaja bien. Esto significa que el cuerpo no puede tratar la glucosa correctamente y sus niveles en sangre son superiores a lo normal. Algunos de los síntomas de la diabetes no diagnosticadas son los siguientes: tener más sed de lo normal, necesidad de ir al servicio más a menudo (especialmente por la noche), apatía y cansancio, visión borrosa, afta y picores genitales, además de pérdida de peso (sin haberse producido ningún cambio en el estilo de vida). Los médicos indican que muchas personas ven cómo estos síntomas van y vienen hasta que se les diagnostica una diabetes. Lograr este diagnóstico es tan sencillo como hacerse un análisis de sangre.
Antiguamente, cuando se te diagnosticaba una diabetes, casi se prohibía el ejercicio físico y se prescribía una dieta alta en grasas y baja en hidratos de carbono. ¡Cómo cambian las cosas! Ahora, se prescribe el ejercicio físico (igual que a cualquier otra persona) para mejorar la salud y controlar el peso. Como ejemplo, el inglés Steve Redgrave ha sido cinco veces medalla de oro en los Juegos Olímpicos siendo diabético. La razón por la que se recomendaba una dieta alta en grasas era para compensar la falta de calorías resultante de no ingerir hidratos de carbono. A su vez, se evitaban los hidratos de carbono para controlar la cantidad de azúcar en sangre (la grasa, en sí misma, no aumenta los niveles de azúcar). Los diabéticos presentan un mayor riesgo de enfermedad cardiaca y, por supuesto, incrementan aún más ese riesgo si utilizan una dieta alta en grasas. Por suerte, la nutrición también ha evolucionado, proporcionando a los diabéticos unas recomendaciones mucho más acordes con las nuevas tendencias en salud nutricional. Además de tomar los medicamentos prescritos y encontrarse bajo un estricto control médico, la mayoría de los diabéticos pueden vivir con su enfermedad y perder peso comiendo de una manera más sana.
Otra idea más
La IDEA 48, Mis héroes: el increíble Hulk, Superman y, ahora, la fibra, ahonda en las ventajas de los productos sin refinar, de las frutas y las verduras.
Las normas básicas también ayudan a prevenir la diabetes y, por tanto, pueden ser usadas por cualquiera. Veamos un resumen:
Come normalmente utilizando las variedades integrales de los hidratos de carbono. Por ejemplo, utiliza pan y cereales integrales en lugar de tomar hidratos de carbono refinados.
Reduce la ingesta de grasa, especialmente de grasas saturadas procedentes de productos animales. Utiliza productos bajos en grasa y con grasas monosaturadas, como el aceite de oliva.
¡Come más frutas y verduras!
Reduce el azúcar y las comidas dulces, especialmente las bebidas azucaradas que producen una subida rápida de los niveles de glucosa.
Reduce la cantidad de sal para mantener la tensión arterial controlada y bebe con moderación. Los diabéticos han de tener especial cuidado con la bebida cuando tienen el estómago vacío, ya que puede provocarles una hipoglucemia (un nivel de azúcar en la sangre peligrosamente bajo).
La frase
«Según un estudio reciente sobre la diabetes realizado en los EE.UU., de media, por cada kilogramo en que una persona supera el peso normal, aumenta un 9% el riesgo de padecer diabetes».
JUDITH MILLS, THE DIET BIBLE (LA BIBLIA DE LAS DIETAS)
¿Cuál es tu duda?
P ¿Qué te parecen las comidas especiales para diabéticos?
R La mayoría de los expertos indican que no son necesarias y, por tanto, representan un derroche de dinero.
P ¿La diabetes de Tipo 2 no es simplemente una enfermedad menor?
R No. Hay que tomársela muy en serio. Cuatro de cada cinco personas que padecen esta diabetes mueren prematuramente de una enfermedad cardiaca. También aumenta el riesgo de infarto, de retinopatía diabética que desemboca en ceguera y problemas en los nervios de manos y pies. Actuar controlando el peso es una estrategia esencial tanto si ya has sido diagnosticado como si simplemente quieres evitar padecerla en el futuro. Estudios recientes han demostrado que en el caso de la diabetes de Tipo 1, se evitan las complicaciones manteniendo normales los niveles de glucosa en sangre. La mayoría de los expertos consideran que esto también sirve para la diabetes de Tipo 2.
P Lo más seguro es que sea una tontería, pero ¿piensas en la diabetes como en una epidemia?
R La Organización Mundial de la Salud no cree que sea una tontería. Prevé una epidemia global de diabetes, lo que significa que si no te afecta a ti, puede afectar a tus hijos. Pide a tu médico que te haga unos análisis si estás dentro de los colectivos de riesgo o si sientes alguno de los síntomas indicados anteriormente.