Introducción
Juraría que apareció una noche de repente. Ese michelín que
tengo en la cintura no estaba cuando tenía 34 años. Pero el día
que cumplí 35, lo vi asomando sobre los vaqueros.
Lo intenté encogiendo tripa. Probé a andar de puntillas. Lo intenté poniéndome otro par de vaqueros. Pero allí seguía, como ese regalo espantoso que todos tenemos en casa y que no podemos devolver porque no tenemos el ticket. Sin embargo, sabía perfectamente cómo había llegado hasta esta situación. A pesar de que hacía ejercicio de forma regular, también comía en demasía. Además de comer mucho (las raciones grandes me encantaban), también soy golosa, por lo que me inflaba de dulces cuando tenía hambre (umm, esos tentempiés tan apetitosos). En algún momento, comencé a ingerir más calorías de las que consumía. De hecho, es la forma en que todo el mundo engorda. Puede haber otras razones (medicación, enfermedad) pero, básicamente, ganas peso porque comes demasiado y te mueves poco. Por tanto, la solución está clara: comer menos y moverse más. Pero… es más fácil decirlo que hacerlo. Aunque tienes mucho apoyo y sabes cómo lograrlo, ¿o no?
Cuando me hablaron por primera vez de la posibilidad de escribir un libro en la colección Ideas Brillantes, me pregunté si realmente el mundo necesitaba un libro más que hablara de dietas y adelgazamiento. La conclusión fue afirmativa, ya que todos estaríamos delgados, saludables y felices si los libros ya escritos nos hubieran respondido todas nuestras dudas, nos hubieran proporcionado todos los consejos y trucos que necesitamos y nos hubieran motivado lo suficiente como para perder peso y, lo más difícil, no recuperarlo. Pero, ¿qué tiene de especial este libro? Primero, el formato es fabuloso. Los capítulos (o, como preferimos llamarlos, ideas) son buenos, cortos y contienen información suficiente como para tratarse como un ente individual, incluso llamadas a otras ideas, que permiten relacionarlas. Además, incluyen un apartado final que responde a las dudas más habituales relacionadas con el tema tratado. Este formato te permite elegir entre leer (o consultar) las ideas de forma individual o leer el libro de corrido si lo prefieres.
Respecto al contenido, el libro no indica que tomes 50 gramos de piña o que hagas quince abdominales antes de desayunar. Es una guía mucho más «integral» (en los dos sentidos). Se habla de motivación, de forma física, de las comidas saludables, de cómo descifrar las etiquetas, del ejercicio, se analizan las dietas más famosas, y mucho más. En resumen, incluye todos los factores relevantes para perder peso.
A lo largo del libro, encontrarás varios temas que se repiten. Son los temas que considero claves para que logres perder peso y mantener dicha pérdida una vez logrado. Voy a decirte cuáles son (aunque espero que te leas el libro completo).
Las dietas no son como los autobuses: no puedes empezar una, dejarla, volver, cambiar y así sucesivamente. Éste es el motivo de que fracasen la mayoría de las dietas. Una dieta especial puede funcionar si no te aburres al tercer día y no vuelves a comer como antes y recuperas todos los kilos perdidos. El único modo de perder peso de forma permanente consiste en mejorar (y, por tanto, cambiar) tus hábitos alimenticios. Esto no significa privarse (aunque la mayoría de las dietas se basan en la prohibición de ciertos alimentos), sino que consiste en comer sano, consumir variedad de alimentos (algunos moderadamente) y mantener a raya el tamaño de las porciones. Es mucho más efectivo realizar pequeños cambios y mantenerlos en el tiempo, que realizar esfuerzos ímprobos durante unas semanas.
La actividad física es obligatoria. Esto no significa que tengas que ir a hacer musculación todas las tardes para superar a Rocky. Pero sí tienes que realizar media hora de ejercicio moderado cinco veces a la semana. Puede tratarse de un gimnasio, de un entrenador personal, de baile, de footing, de paseos… de hecho, cualquier cosa que implique aumentar las pulsaciones y que haga trabajar los músculos. Además de quemar calorías y tonificar el cuerpo, el ejercicio representa muchas ventajas para la salud. Merece la pena dedicarle tiempo. Y si tienes niños, tienes la obligación de que el ejercicio físico forme parte de su vida, como diversión y como forma de asegurarte de que en el futuro estarán sanos y sin problemas de sobrepeso.
Marcarse objetivos realistas es esencial para la motivación y, por tanto, para lograr tu objetivo. Hay herramientas en este libro que te ayudarán a descubrir si realmente tienes sobrepeso y en qué proporción. Una persona baja y con el cuerpo en forma de manzana, nunca podrá ser una persona alta con el cuerpo en forma de pera, y viceversa. El objetivo es estar en la mejor forma física posible. Si estableces objetivos realizables, conseguirás llegar hasta ellos. Las metas que son imposibles lo único que lograrán es que te sientas mal. Del mismo modo, sé realista sobre la velocidad a la que puedes perder peso. Las dietas de choque (dietas de pocos días o que incluyen muy pocas calorías) te permiten perder peso muy rápidamente, pero la mayoría de lo perdido es agua y musculatura, en lugar de grasa. Es mucho mejor comer con sensatez y perder medio kilo a la semana. Es más fácil, además de ser mucho más saludable para tu cuerpo y, lo más importante, resulta mucho más sencillo mantener la pérdida de peso una vez conseguida. Esto significa que no volverás a recuperar tu peso anterior la primera vez que decidas volver a tomar un dulce. Recuerda que fue la hormiga la que ganó la carrera, y no la liebre.
Bueno, pues estos son los grandes puntos que has de aprender. Este libro te proporciona toda la teoría (poca, no te asustes), los trucos y las ideas que necesitarás para llegar a donde deseas. Y si hay un consejo más que puedo darte, ese es que cocines o que aprendas a cocinar. La mayoría de los expertos coinciden en que parte de la proliferación de personas con sobrepeso se debe al abuso de comidas precocinadas, comida basura, comida para llevar y alimentos procesados. La comida casera tiende a tener menos grasa, sal y azúcar (y por supuesto, menos aditivos). Coincido con la opinión del Príncipe Carlos de Inglaterra en que se debería de volver a incluir la asignatura de «hogar» en el curriculum escolar. ¡La mayoría de los niños que conozco, no saben ni cocer un huevo! La verdad es que consume la misma cantidad de tiempo preparar rápidamente una comida saludable, sabrosa y baja en calorías que recalentar comida precocinada o esperar a que nos traigan la comida del chino más cercano. El precio tampoco es una excusa en este caso. La única diferencia se verá en tu cintura. ¿Crees que el mundo necesita también otro libro de cocina?
¡Vas a conseguirlo!
Eve